El ex presidente Leonel Fernández esta atravesando por un período de días lúgubres para sus deseos de volver al poder en la República Dominicana. En apenas horas le han infringido dos incisiones mortales a su alma política. Una en la reunión sostenida por el todopoderoso Comité Político del PLD en la que el ex presidente sólo fungió como director de una orquesta que no le responde a él. Ni siquiera elevó su voz para intentar contener el avasallamiento Danilista. La otra, con la recientemente aprobada ley de partidos políticos en la cámara de diputados y con la segura nueva aprobación por parte de un senado con mayoría absoluta Danilista.
Son dos grandes derrotas que reducen aún más las posibilidades de que el ex presidente vuelva a dirigir los destinos nacionales.
Leonel Fernández construyó su estrategia contando con el apoyo de la oposición política que precisamente el aplastó cuando fue presidente de la república.
Hoy esa oposición política lo aplastó a él para, con una alianza estratégica con el presidente Medina, volverlo a humillar, derrotar y pulverizar hasta hacerlo trizas.
Pero a pesar de ese cúmulo de derrotas, la sociedad dominicana y el Danilismo gobernante deben estar vigilantes ante los nuevos pasos de un León herido que conoce muy bien la selva nacional que gobernó por 12 años.