Ciudad capital un lugar inhóspito con una administración municipal concentrada en el Malecón y la Zona Colonial

La superficie de República Dominicana se estima en 48,448 kilómetros cuadrados, apenas la palma de una mano comparado con la suma de las exigencias de las apetencias y necesidades de soluciones individuales a los problemas comunes, como es el vial en el ámbito del Gran Santo Domingo.

Esto se evidencia a gritos en una sociedad adaptada a un día a día impredecible, bajo el crecimiento geométrico y anual del parque vehicular: importados nuevos y usados, envejecidos hasta la momificación, chorreando contaminación con servicio expreso hacia las vías respiratorias de los peatones, revividos como momias motoras desde las tumbas metálicas, en una creciente aglomeración de vertederos “duquesas” móviles, mediante la magia de las pegatina entre sus partes móviles y apretujándose en las calles y avenidas, una, dos, tres veces, y hasta lo imposible de imaginar.

Es el caos permanente, en Santo Domingo, de un monstruo colectivo que nace con la suma en un solo gran tapón estresante. Y asfixiante por el veneno emitido por una acumulación creciente y amontonada de carburadores.

Un peatón camina por las imaginarias aceras de una de las autopistas de la gran ciudad, durante una de las interminables horas pico, pues no hay más remedio. Se dirige a su empleo. Un camión arrastrando una patana, y congestionando la vía emite sus emisiones venenosas, a menos de dos metros del peatón, que respira por boca y nariz todo lo evacuado por la bestia mecánica. Ese es el día a día en la autopista Duarte.

Otro peatón camina en el centro de la ciudad, denominada como Polígono Central. Está obligado a bajar y caminar en el pavimento, pues los autos triunfantes han conquistado las aceras bajo la luz del sol, y al parecer, con la venida de Dios.

Bienvenidos sean todos a esta ciudad capital, un monstruo urbano parido en la media isla, ubicada en el mismo trayecto del sol. Un campeón del desarrollo insostenible. Con una gestión municipal de corta mirada, enfocada en la Zona Colonial, en el Malecón y en algunos sectores exclusivos del polígono central, sin mirar mas allá…

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