Ciudad Santo Domingo convertida en un pandemonio ante indiferencia alcaldesa Carolina Mejía

La ciudad de Santo Domingo a juicio de muchos se ha convertido en un verdadero pandemonio intransitable e inhóspita por los entaponamientos desbordados que hay en las calles, ante la total indiferencia de la alcaldesa Carolina Mejía.

Los atascos son la pesadilla cotidiana en la demarcación, que, además de desconcertar a los ciudadanos, pone a muchos al borde de la rebeldía. 

La demarcación tiene la tasa más elevada de vehículos: 1, 380,075 de unidades, incluyendo motocicletas, carros, yipetas, autobuses.

Para el año 2020, un total de 1, 049,567 personas estaban viviendo en sus 91.58 kilómetros cuadrados de extensión, donde están configurados 71 barrios y 277 secciones o subbarrios.

Para mayor angustia, el Gran Santo Domingo, que surte una carga pesada al  tráfico capitalino, tenía, hasta el cierre del período fiscal 2020,  un total de 2, 150,011  unidades de transporte.

Mientras tanto, el área metropolitana, definida en 2007 como la suma del Distrito Nacional, la provincia de Santo Domingo y el municipio de Bajos de Haina, tiene 4, 210,121? habitantes.

Es difícil establecer cuándo, pero de continuar ensanchándose los taponamientos, las probabilidades de que esto lleve a desencadenar ciclos de atascos, hasta terminar en un parón de la movilidad urbana, podría ser cuestión de tiempo.

El aumento explosivo de estos problemas responde a un combinado de causas. Básicamente, los tapones ocurren cuando el volumen de tráfico supera la capacidad de la infraestructura vial para soportar esta carga. 

Eso es lo que está ocurriendo ahora. Más de un millón de vehículos rodando genera esa congestión, que empeora en horas pico, fase escolar, comienzos y finales de períodos vacacionales, grandes eventos y espectáculos,  actos y protestas masivas, y hasta leves chubascos.

Factores de cierre
De agruparse parte o todos estos elementos, el Distrito Nacional podría quedar paralizado.

La congestión del tránsito es una gran contrariedad para los ciudadanos y, lejos de contenerse, sigue aumentando, al amparo de mayores accesos a créditos, ofertas de autos usados, aumento de la población, infracciones, y una tímida aplicación de políticas en el área del transporte urbano.

También agrava el caso el problema del estacionamiento, falta de sincronización de semáforos, vendedores escurridos entre el tráfico, “enjambres” de motocicletas, minibuses de transporte público y carros de “concho”.

Pero el incitador clave de eso está aquí: Con casi 11 millones de habitantes, la República Dominicana registró, al cierre de 2020, un parque de 4,842,367 unidades de vehículos que, comparado con 2019, tuvo un aumento de 207,491 automóviles.

Estos datos son de la Gerencia de Estudios Económicos y Tributarios de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII).

Sólo en enero de este año, el país importó 7,929 vehículos que, aunque representaron una reducción de 3,832 unidades, con relación a los 11,761 que entraron ese mismo mes, pero de 2020, refleja lo que ocurre ahora en las taponadas calles y avenidas de Santo Domingo.

Otra vez, la mayor parte de los vehículos registrados pertenece al Distrito Nacional, seguidos por las provincias Santo Domingo y Santiago, con una participación de 28.5%, 15.9% y 7.9%, respectivamente.

El 64.5% del parque de vehículos pertenece a ciudadanos y el 35.5% restante a instituciones. El 77.3% pertenece a hombres y el 22.7% a mujeres. 

Los taponamientos han montado un serio problema sobre la gente, que además de causarle pérdidas económicas, tiempo y contaminación, les ha cambiado hasta su estado emocional. 

Al ritmo impresionante que avanza el problema,  todo el espacio donde se asienta la capital, que suma casi dos millones de metros lineales en su armazón vial, corre el riesgo de afrontar un día serios problemas de movilidad en todas sus franjas de rodamiento.

La capital está sometida a una presión, reflejándose en una elevada demanda de transporte y una congestión que aprieta todo el cuerpo de la ciudad, causando retrasos, accidentes y problemas ambientales.

Concretamente, fueron 4, 842,367 el total de vehículos registrados en 2020 y, de estos, el 55.7% es motocicletas; el 20.5% automóviles, el 10.7% jeeps, y el 13.1%  son vehículos de carga y autobuses. 

El 30.3% de los vehículos pertenece a personas en rangos  de 56 o más años de edad; el 24.9% entre los 36 y 45; el 24.6% entre 46 y 55; el 17.6% entre 26 y 35 años, y el restante 2.6% a menores de 25 años.

Rodamiento
Flujo sin freno
Las principales vías de circulación en la ciudad son las avenidas 27 de Febrero, John F. Kennedy, Máximo Gómez, Duarte, George Washington, Winston Churchill, Abraham Lincoln, Luperón, Núñez de Cáceres y Lope de Vega.

Dentro de la ciudad
Sus vías secundarias están conformadas por las calles o avenidas de circulación dentro de la ciudad. A las primarias están interconectadas las avenidas Bolívar, Independencia, Tiradentes, Nicolás de Ovando, San Martín, Gustavo Mejía Ricart y calle Defilló.

En los barrios
Las vías terciarias, que también presentan los efectos de los taponamientos, son los espacios de calles internas de los barrios.

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