Fracasaron los intensos amarres que desplegara el síndico de Santiago de los Caballeros, Abel Martínez, para que le fuera reservada la candidatura a la sindicatura para el próximo torneo electoral.
El Comité Político optó por negar las reservas para sindicaturas y solo hizo uso de esa prerrogativa para dos senadurías, específicamente la de San José de Ocoa y San Pedro de Macorís. El actual titular de esta ultima, Josecito Hazim Frappier, habria ingresado a las filas del Partido de la Liberación Dominicana según se publicó.
Entre las decisiones que serán dadas a conocer y que se depositarán en las próximas horas por ante la Junta Central Electoral, se establece también que las reservas para los aliados solo se aplicarán en los lugares donde estos ganaron en las elecciones pasadas.
En ese sentido, a los partidos aliados no se les reservará candidaturas a ninguna posición en aquellas demarcaciones que no resultaron ganadores en el 2016.
Para el caso particular de Santiago, ni la sindicatura, pero tampoco la senaduría forman partes de la cuota de reservas finalmente aprobada por el Comité Político del partido oficial.
La decisión desarma las aspiraciones del síndico Abel Martinez, quien estaría evaluando el nuevo escenario, aunque fuentes de su entorno aseguran que se inscribirá para participar en las primarias, “porque él tiene dinero suficiente para comprar los votos necesarios y ganar”.
Pero a pesar de que nadie pone en duda el poder económico y las riquezas acumuladas por el flamante síndico, es Fernando Rosa quien en la actualidad tiene el control no solo de las bases peledeistas, sino de casi la totalidad de sus estructuras.
Ademas, solo él garantiza el voto del partido tanto para las elecciones municipales como nacionales, puesto que cuenta con el respaldo de 32 miembros del Comité Central del PLD en Santiago, con el 75 por ciento de los presidentes de Intermedios, el 90 por ciento de los miembros del Comité Municipal, así como con 11 de los 16 regidores peledeístas.
Fernando Rosa tiene también a su favor el haber capitalizado el disgusto generalizado de los peledeistas que no asumen la gestión de Abel Martínez como suya, pero también la simpatía de los moradores de los barrios cuyos dirigentes se sienten traicionados por el actual incumbente, quien no ha cumplido con la construcción de las obras aprobadas en el presupuesto participativo.
