Por: Carlos Martinez
En tiempos de la sangrienta dictadura que encabezó el sátrapa Rafael Leonidas Trujillo hace ya mas de 50 años, era común que el gobierno procurara mantenerse al tanto de todo tipo de actividad subversiva que se estuviese cuajando en una población que permanentemente planeaba todo tipo de actos en procura de la vuelta a la democracia en la República Dominicana.
Se recuerda los famosos vehículos «cepillos» color negro que pernotaban por todos los rincones del país recabando cualquier tipo de información valiosa con la cual pudieran desvelar a tiempo los planes cívicos que pudiesen desestabilizar al gobierno.
En esas tareas propias de las dictaduras políticas estaba involucrado el tenebroso Sistema de Inteligencia Militar (SIM), el cual fue un órgano policíaco militar constituido por sicarios al servicio de la dictadura quienes fueron responsables de los mas sangrientos crímenes cometidos en la época.
Entre sus jefes estuvo el inefable Johnny Abbes Garcia quien es recordado por la crueldad y el sadismo con que cometía sus vandálicos actos.
Aun quedan las secuelas sangrientas de aquella fatídica época en la que las libertades civiles de los dominicanos eran conculcadas por un régimen que supo mantenerse a sangre y fuego en el poder por 31 años que parecieron una eternidad.
Los tristes recuerdos de aquella Era han vuelto a aflorar en el ideario colectivo nacional a propósito de las declaraciones del Ministro de Interior y Policía Amarante Baret quien afirmó que el gobierno estaba al tanto de todo lo que hacían y hablaban por teléfono aquellos ciudadanos que de una u otra forma están vinculados a la organización de las históricas jornadas cívicas denominadas Marchas Verde.
Quien diría que a 40 años de la vuelta a la democracia en la República Dominicana tendríamos un gobierno que sin ningún escrúpulo esta espiando a sus ciudadanos por el mero hecho de estos exigir por vías pacificas el uso correcto y transparente de los recursos económicos que administra el gobierno.
El pueblo dominicano tan solo aspira a que sus instituciones cumplan su rol y a que los órganos sancionadores sean capaces de imponer un régimen de consecuencia para todos aquellos que se enriquecen con el dinero publico.
Afirmar frente a un medio de comunicación televisivo que el gobierno interviene las redes sociales de los ciudadanos, refleja el grado de irrespeto que sobre la constitución tiene el gobierno que encabeza el Presidente Danilo Medina.
Resulta lamentable el temor existente en una población que creía segura la comunicación a través de sus modernos smartphone dotados de las tecnológicas herramientas de encriptación, lo cual para muchos aseguraba la confidencialidad de sus conversaciones y sus mensajes compartidos con sus amistades y relacionados.
Ya no estamos seguros en una República Dominicana en la que no solo asaltan y roban a sus ciudadanos en plena hora del día en el centro mas transitado de la ciudad, sino que también se tiene un gobierno que permanentemente asalta la intimidad ciudadana espiándole para percatarse de lo que se hace, se dice y se piensa hacer.
Habrá que acostumbrarse a este azote gubernamental o la ciudadanía encontrara en sus instituciones espacios para la exigencia de los derechos constitucionales que le garantizan el mas absoluto respeto a su intimidad y a su vida privada.
Por lo pronto el Ministro de Interior y Policía afirma no haber dicho lo que videos muestran que dijo, mientras el Presidente que le nombró guarda silencio y no es capaz de destituir un funcionario que de forma vergonzante admitió ante los medios públicos que viola la constitución que él juró hacer respetar cuando fue juramentado por la Asamblea Nacional el pasado 16 de agosto del año 2016.
Vehículo Volkswagen utilizado por los Servicios de Inteligencia SIM en tiempos del sátrapa
