El empresariado nacional prohaitiano al ver el incremento del rechazo a la presencia masiva haitiana en el país, y el avance de las acaloradas discusiones y enfrentamientos existentes entre los bandos dominicanos que se disputan el destino haitiano, han reactivado el discurso seductor de construir un muro empresarial entre la República Dominicana y Haití.
Lo hacen en momentos de agrietamiento de las relaciones de ambas naciones y de potencializacion política del discurso antihaitiano mediante el cual hasta podría catapultarse un proyecto presidencial neotrujillista en el 2020.
Vicini sabe en que momento ha reactivado su fantasmagórico proyecto binacional de una Suecia en la frontera para contener el oleaje migratorio masivo haitiano.
El propio Vicini confirma que no hay empresario en la Hispaniola que pueda invertir los cuantiosos recursos necesarios para la materialización del denominado proyecto binacional fronterizo.
Sin embargo insiste en el proyecto y lo vende como la panacea que conducirá a nuestras naciones por los senderos del desarrollo eterno.
Esas mismas promesas de inversión y privatización fueron la que condujeron al estado nacional privatizar el sistema eléctrico para oxigenarlo con inversiones privadas que con el tiempo hemos visto que no han sido suficiente para la solución del problema.
La propia familia Vicini fue parte de este discurso neoliberal de privatización y desguañangue de las empresas productivas y neurálgicas del estado nacional.
El tiempo no les dio la razón ni se la dará a una familia cuyo único objetivo es el incremento sin límites de una fortuna altamente cuestionable.
Los Vicini hoy han podido aquilatar el principal emporio económico de la República Dominicana y uno de los mas importantes del continente, pero eso no les da el derecho a pretender decidir que hacer con algo tan fundamental para la preservación de una nación como lo es su frontera física.
Ademas, si los Vicini pretenden hacer con la explotación perversa de la franja fronteriza dominico-haitiana lo que han hecho con el sector eléctrico, es preferible que la frontera siga como esta administrada por el estado público constituido en ambas naciones, los cuales ha pesar de su deficiencias materiales si disponen de los mecanismos políticos necesarios para la preservación de un espacio geográfico que delimita nuestras historias y nuestros destinos.