El presidente del Comité Provincial de los Derechos Humanos Mario Almonte se “crucificó”, simbólicamente este Viernes Santo por unas horas en reclamo de que el Estado dominicano le devuelva las instalaciones del antiguo hotel Montemar al pueblo.
Almonte, que había realizado la misma acción el pasado martes, volvió a reiterar su reclamo la tarde de ayer en procura de que la propiedad otorgada mediante decreto del presidente Joaquín Balaguer a la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, por el valor simbólico de un peso, para la operación de la escuela hotelera de esta ciudad, le sea devuelto al pueblo.
Luego del cierre de las operaciones del hotel y de la escuela hotelera a principios de la década del 2000 las instalaciones se encuentran abandonadas sin que las mismas tengan ninguna utilidad para la zona.
El dirigente comunitario asumió la lucha por la recuperación del inmueble, con el respaldo de un grupo de dirigentes sindicales de la zona para que las instalaciones sean devueltas al pueblo indicando que no se cansará de reclamar por una causa común.