Anthony Brice, economista y analista principal del Observatorio de Derecho a la Ciudad (ODC), dice que de seguirse construyendo viviendas en el país para un mercado artificial que no existe, en la República Dominicana podría ocurrir una burbuja inmobiliaria como ha ocurrido en países como Chile, España y Panamá.
“A través de la Ley de Fideicomiso, el sector financiero y el sector construcción han aumentado la oferta, pero puede que en un futuro la oferta supere la demanda y muchas personas que han adquirido las viviendas no puedan continuar pagándolas, por lo que los bancos se quedarían sin liquidez y retorno de lo invertido y se produzca un estancamiento del aparato productivo que derivaría en una crisis que afectaría a todos los sectores”, explica el analista del ODC.
Aunque Brice señala “que aún estamos muy lejos de caer en una crisis porque no se ha llegado ni siquiera al 25% de la oferta”, asegura que de seguirse construyendo casas para un público que no está preparado para adquirirlas, es un hecho que se desplome el sector.
“La solución para prevenir una posible crisis de este tipo, está en implementar políticas de acceso a la vivienda más cercanas a la realidad social y económica de los dominicanos”, sostiene Brice.
¿Cómo podría un chiripero tener un techo digno en RD?
“La mayoría de personas que viven en déficit de vivienda generan pocos recursos o solo generan lo suficiente como para sobrevivir diariamente, y todos o casi todos pagan alquiler. Desde el OCD hemos propuesto modalidades diferentes a las actuales para garantizar a los ciudadanos el derecho a la vivienda, y con ello minimizar el déficit”.
Entre las propuestas mencionadas por Brice se encuentra la modalidad de “Alquiler Social”, que es aquel en el que la persona va pagando la casa como si estuviera alquilada, y después de un tiempo establecido cuando ya la persona haya saldado el costo de la vivienda, esa casa termina siendo de esa persona.
Otra de las opciones que señala el economista, es el de cooperativas de vivienda, que son asociaciones financieras que se forman con el fin de facilitar a sus afiliados soluciones para remodelar, construir o adquirir viviendas con tasas entre un 1 y un 2%.
Una oportunidad. “A través de políticas inclusivas el Estado tiene una gran oportunidad de lograr que personas con sueldos entre 8 mil y 15 mil pesos tengan una vivienda digna”. Fausto Díaz. Presidente Fundación INED“Estas opciones permiten al Estado facilitar el acceso a la vivienda de personas que tienen trabajos informales, que son chiriperos o que no cuentan con la capacidad económica de tomar un préstamo con una tasa de un 12 a 15% como la ofrecen ahora mismo los bancos”.
Se trata, según Brice, de que “el Fideicomiso no sea la única política”, porque de por sí, es excluyente para aquellos que no tiene acceso al crédito ni trabajos formales.
“Se necesita voluntad política para tratar déficit”
De su lado, Fausto Díaz, presidente de la Fundación Innovación Educativa (INED) y experto en temas de vivienda, destacó la Ley de Fideicomiso y el empuje que ésta ha tenido en los últimos años, pero asegura que se necesita de la voluntad política de los gobernantes para lograr cambios significativos para la sociedad en temas de viviendas.
“La Ley de Fideicomiso ha sido un gran avance para el país (en el sector inmobiliario y financiero) pero lejos de conjugarse para el beneficio de la mayoría, aún se mantiene muy alejada de lo que es la realidad dominicana y el derecho a un techo digno de sus ciudadanos”, aseguró.
Según Díaz, El fideicomiso aportar parte de las herramientas necesarias para el desarrollo económico de la República Dominicana, donde el más beneficiado es el sector vivienda o construcción, ya que con él se promueve una serie de incentivos fiscales que aceleran el proceso de oferta y demanda de viviendas en el país.
Con el fideicomiso, los empresarios de la construcción pueden realizar grandes proyectos que a su vez son manejados por un tercero que le aporta confianza a los consumidores como lo son las fiduciarias (bancos), y que de paso les genera un nivel de garantía a los adquirientes.
“Entiendo que se necesita una gran voluntad política para acabar o disminuir el déficit. Una voluntad que se refleje en el presupuesto de la nación como un verdadero compromiso y que cree políticas que promuevan y motiven la inversión en proyectos más acordes a la necesidad de los ciudadanos y sus ingresos”, enfatizó Díaz.
Construir deacuerdo a las necesidades del ciudadano
Según Díaz, que también es parte de la directiva de la Asociación Dominicana de Constructores y Promotores de la Vivienda (Acoprovi), explicó que con la dinamización del sector inmobiliario ganan todos los sectores. “Se mejora la calidad de vida de los adquirientes, se generan oportunidades de empleo y se crean oportunidades de negocio para la banca, para los que venden los materiales, para los que ofertan servicios, para los plomeros, electricistas, albañiles… que forman parte de la sociedad”.
Díaz ve una gran oportunidad del Estado, para crear acceso a la vivienda dirigidas a aquellos que ganan de entre los 8 y mil pesos al mes, o hasta incluso para aquellos que en pareja logran reunir 10 mil pesos.
“Podrían hacerse soluciones de viviendas de 30 metros dirigidas para ese segmento de la población que gana por debajo de los 15 mil pesos, o aquellas que como no tiene un empleo formal no tiene acceso al crédito. Se trata de hacer políticas inclusivas, dirigida a la mayoría”, comentó Fausto Díaz.
Sobre los apartamentos de la Ciudad Juan Bosch, dijo estar consciente de que la mayoría de ellos han sido comprados por dominicanos ausentes, que pese a tener derecho a una vivieda en su país, no son parte del déficit.
“Se está construyendo en su mayoría para un grupo de dominicanos ausentes que es el tercer sector de ingresos en el país por las remesas. Y es un mercado que hay que promover y desarrollar, pero antes, tenemos una problemática que necesitamos transformar”, concluyó.
