El flamante senador por San Juan de la Maguana, Felix Bautista Rosario, recientemente sancionado por el departamento del tesoro de los Estados Unidos por supuestamente haber recibido fondos públicos del estado haitiano para la realización de obras que no concluyó, es considerado un hombre ingrato por algunos que le conocieron en la década de los 90.
En torno a Félix Bautista se han vertido serias denuncias de corrupción tanto a nivel nacional como internacional. Incluso Transparencia Internacional una vez lo seleccionó como uno de los políticos mas corruptos del mundo.
A pesar de todas las denuncias formuladas en su contra y de la percepción general existente de que él es uno de los políticos mas corruptos de toda la historia de la República Dominicana, el flamante senador se mantiene de pie anunciando, inclusive, que se siente mas motivado que nunca para realizar los esfuerzos necesarios para reelegirse como senador de la república.
A pesar de la alta posición pública que ocupa y de su posición como secretario de organización del todopoderoso PLD, y de la enorme fortuna económica acumulada, el flamante senador tiene una pequeña cuenta pendiente de aquellos tiempos cuando no disponía ni siquiera de los recursos necesarios para el pago del transporte público.
La crisis económica por la que atravesaba Félix Bautista antes del PLD asumir el poder en el 1996, no le permitió ni siquiera pagar al día la renta mensual de una pequeña pensión que tenia en el sector de Mata Hambre. Aun la propietaria de la pensión espera por el para que cumpla con un compromiso asumido que, independientemente del tiempo pasado, debería cumplir.
Y lo debería de hacer porque en el Sector Mata Hambre la vecindad le ayudaba hasta para poder pagar el fiao del colmado donde desayunaba con una tradicional masita con malta india. Esto reveló una persona que fue vecina y amigo de Félix Bautista en sus tiempos de precariedad económica.
Aunque el flamante senador no ha vuelto mas nunca por allí, al parecer, procurando dejar atrás esos momentos amargos que vivió después de salir de San Juan de la Maguana para la capital con las manos vacías y sin la mas mínima esperanza, retornar allí y ayudar aquellos que le extendieron la mano cuando les necesitaba debería estar en su agenda inmediata como un gesto de humanidad y agradecimiento a aquellos que precisamente por sus inconductas públicas y perversos manejos de los fondos del estado, aun permanecen sumergidos en un espantoso estado de miseria y de pobreza.