En el expediente acusatorio preparado por la Procuraduría General de la República en el 2014 y de cuyas acusaciones penales fue descargado por el sistema de justicia que controla su líder Leonel Fernandez Reina, el senador Félix Bautista evidenció poseer una fortuna económica impresionante y cuyos orígenes no eran ni minimamente justificables.
Las investigaciones arrojaron que el senador oriundo de Punta Caña en San Juan de la Maguana, Félix Ramón Bautista Rosario, logró multiplicar impresionantemente su patrimonio en trece años. Entre el 1999 al 2012, de $547 mil pesos ( 16X1 a la tasa de cambio en el 1999) unos US34,000 dólares. A 3 billones de pesos (40X1 a la tasa de cambio del 2012), unos $75 millones de dólares.
Bautista, miembro del Comité Central del PLD, fue electo senador en las últimas elecciones de medio del 2010. Previamente, fue Subdirector de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado y Director de la Oficina Coordinadora de Obras del Estado en el primer período gubernamental de Leonel Fernández.
De nuevo al regresar Leonel Fernández al poder en el 2004, Félix Bautista fue nombrado Director de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado, con rango de Secretario de Estado.
Los ilícitos penales que se le imputaron fueron prevaricación, lavado de activos, desfalco entre otros delitos graves.
A pesar de haberse librado de una contundente condena penal que lo hubiese postrado en la cárcel por varios años, aun el destino del flamante senador Bautista no esta sellado.
Los Estados Unidos recientemente le suspendieron la visa de turista y ahora sale a relucir que también congelaron todos sus bienes patrimoniales y prohibieron a las empresas norteamericanas realizar cualquier tipo de transacción con empresas vinculadas al senador.
Todo luce indicar que en cualquier momento el senador Bautista pudiera ser solicitado en extradición por los Estados Unidos, ya que el Departamento de Estado de dicha nación determinó que cometió un crimen de lesa humanidad al momento de recibir fondos millonarios para la construcción de obras públicas en Haití las cuales no fueron ni siquiera iniciadas.
Estos fondos recibidos provenían de organizaciones humanitarias que en las ultimas décadas contribuyen solidariamente con Haití para la reconstrucción de su infraestructura.