General Rafael Percival dedica unas emotivas palabras al soldado dominicano caído en la frontera por manos haitianas

Por Rafael Percival:

A quienes alguna fría mañana en el terreno abrazaron con sus manos el jarro de la cantimplora o una taza para sentir el calor del café… A quienes aprendieron a armar la mochila para soportar la carga durante largas jornadas de marchas y ajustaron sus botas para que las ampollas fuesen menos molestas.

A quienes sintieron el verdadero orgullo de recibir y bautizar el uniforme de nuestra FFAA frente a sus familias… A quienes se les puso la «piel de gallina« cuando gritaron con orgullo «SI JURO».

A quienes al mirarse al espejo disfrutaron de ese momento donde podían observar que su uniforme de trabajo no era de «trabajo» sino de un estilo de vida… A quienes al enmascararse y pintarse la cara sintieron la mística de algún ritual guerrero.

A quienes se les hincha el pecho escuchando el Himno Nacional y ver nuestra Bandera subir a lo alto de un mástil… A quienes la distancia del hogar, el frío, calor, hambre, sueño, cansancio, les enseñó a valorar y disfrutar de las cosas simples de la vida.

A quienes de todo esto aprendieron y reforzaron conceptos como el respeto, la integridad, el sacrificio, el valor, el honor, la disciplina y tantas virtudes más para poder considerarse hombre de bien y un digno hijo de la Madre Patria

A quienes sintieron como un «hermano» al compañero que pasó por lo mismo estando a su lado en el brusquero… A los que se fueron, pero estuvieron ahí con nosotros en los mejores y peores momentos.

A todos mis compañeros de armas, familiares y amigos les digo que existe una vieja tradición militar, que cuando los amigos no se han visto o escuchado durante largos períodos, nunca cuestionan su amistad

Estas amistades se mantienen como cuando se vieron por última vez, independientemente de la distancia y del tiempo que los separan…

¡¡ Viva la Rep.Dom.!!

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