El recién inaugurado Teleférico de Santo Domingo, un medio de transportación masiva que recorrerá cinco kilómetros con 215 cabinas, ha provocado un efecto que no estuvo presupuestado en la agenda mediática del gobierno del presidente Medina.
Desde la panorámica que nos permite el Teleférico sus usuarios surcaran la espantosa deuda social acumulada por años, pero que fundamentalmente resulta responsabilidad de los gobiernos del PLD por ser este partido que desde el 1996 ha gobernado por mas tiempo la República Dominicana.
Es un panorama tan grisáceo y patético que el gobierno se ha visto compelido a pintar los techos y paredes de algunas casas para florear una pobreza que tiesa hasta el mas cruento corazón.
Por mas brochazos que dieron no pudieron ocultar las letrinas y los anafes situados en la misma ruta del Teleférico. Hasta se habla de que muchas de esas letrinas serán techadas por su propietarios para evitar la mirada atónita de los ciudadanos que estarán por los «aires» . Inclusive hasta se vió a un joven realizando un locrio de pica pica en el tradicional anafe, símbolo paradigmático de la ruralidad.
Es un cúmulo de necesidades ciudadanas insatisfechas, servicios públicos ineficientes, crecimiento demográfico descontrolado, incremento vehicular sin planificación y un sinnúmero mas de quebrantos que evidencian que los gobiernos del PLD no han concretizado la esperanza nacional de vivir en una mejor República Dominicana.
Los ciudadanos ni siquiera pueden contar con un sistema de justicia eficiente y creíble en el que puedan depositar su esperanza en resolver los conflictos sociales que se suscitan a diario. Y fue precisamente por la ineficiencia de ese sistema de justicia y de las entidades estatales encargadas de velar por la resolución pacifica y rápida de los conflictos sociales que recientemente fueron asesinadas tres personas tras una discusión surgida por la ocupación de un parqueo.
Esa es la verdadera República Dominicana situada en el mismo trayecto del sol, no la disminuta República de los Malls perfumados, espacio habitual de la élite que precisamente ha engordado el PLD.
Tras 18 años de administrar cuantiosos recursos públicos y de recibir un avión listo para el despegue, el PLD no puede al día de hoy exhibir ante el pueblo un legado de soluciones comprobables a ninguno de los problemas ancestrales que nos afectan.
Esto sin duda alguna evidencia de forma contundente que las administraciones del PLD le han fallado al país, a Bosch y a nuestros padres fundadores.
