La ciudad de Santo Domingo literalmente colapsó ante los efectos de la onda tropical que ha provocado lluvias por más de 10 horas consecutivas y dejado a su paso inundaciones de calles y avenidas, derrumbes de tierra, desbordamiento de cañadas, vehículos dañados en las vías, taponamientos, accidentes del tránsito y muchas residencias inundadas.
Todo esto ha ocurrido con una pequeña onda tropical cargada de agua que se encontró con una ciudad sin los mas mínimos niveles de planificación urbanística y prevención municipal.
Lo que concomitantemente a una gestión municipal que no advirtió a la sociedad de los serios peligros que representaba la tormenta beryl, ha generado todo este alboroto en una ciudad que de cualquier llovizna se inunda.
Lamentablemente los alcaldes que hemos tenido no han asumido con mayor responsabilidad la necesidad de desarrollar políticas preventivas para que un país anclado en el mismo trayecto de los huracanes pueda superar estos eventos atmosféricos con mayor normalidad y quietud.
El alcalde David Collado está llamado a tomar medidas contundentes para crear las condiciones necesarias para que las lluvias caídas puedan drenar hasta el inmenso mar caribe. Sin embargo nada de esto ha ocurrido, el alcalde no ha asumido el liderazgo municipal que exige la coyuntura del momento.
Santo Domingo a pesar de ser la primada de américa es la ciudad mas caótica, desorganizada, arrabalizada e invadida de todo el continente. Esta falta de un liderazgo municipal que la conduzca por mejores senderos.