Los Estados Unidos tendrían serias preocupaciones por lo que pudiera representar para el futuro de la República Dominicana el asenso al poder por cuarta vez del ex presidente Leonel Fernández.
Como parte de la estratagema imperial que tendrían diseñado para evitar lo que en informes confidenciales habrían denominado «El colapso de la democracia en la República Dominicana», el gran imperio contempla activar una serie de medidas tan pronto se convierta en «un peligro real» la posible candidatura presidencial del ex presidente Fernández.
A sabiendas de que la precandidatura del ex presidente aun tiene que superar el enorme desafío de derrotar al Estado, el gran Imperio estaría en espera del desenlace que habrá en las internas que realizara el partido oficialista para la escogencia de su candidato presidencial.
En caso de que el ex presidente Fernandez derrote al Estado y a la estructura orgánica de su partido, los Estados Unidos a través del Departamento del Tesoro estarían contemplando seriamente disparar el arsenal de poder blando que han sabido utilizar en las últimas décadas en todo el continente. Desde un sanción a través de la Ley Magnitsky, cancelación de visado, reprimenda a través del departamento politico de la embajada, inclusion en la Ley Kingpin, hasta un conjunto de medidas mas con las cuales procurarían evitar el peligroso asenso al poder del ex presidente Fernández.
Es por todos conocido que para los Estados Unidos resulta totalmente inconcebible que un mismo hombre en pleno siglo XXI gobierne una pequeña nación en el Caribe por mas de tres mandatos. Si hay quienes aun dudan del manifiesto rechazo que tiene el imperio al ex presidente Fernandez, basta recordar como al circulo militar de seguridad que por años ha protegido al ex mandatario hoy no puede pisar suelo norteamericano tras habérseles cancelado el visado para viajar allí. También a los que en el 2011 la prensa nacional llamo «ingenieros constitucionalistas», estan impedidos de viajar hacia los Estados Unidos.
El ex presidente Fernández, como reconocido estudioso de la lógica sobre la cual opera la diplomacia norteamericana, sabe que está en la mirilla de un imperio presto lanzarle su artillería pesada de quinta generación sobre su cabeza en cualquier momento.
Ante el peligro de lo que todo esto pudiera representar para la continuidad del partido oficialista en el poder, el presidente Danilo Medina habría avanzado a sus mas íntimos la necesidad de inyectarle al partido «sangre nueva» con la cual se pueda reverdecer la esperanza de un pueblo que ha perdido la fe en la clase política, pero que también, a la vez, esta «sangre nueva» pueda enviar un mensaje al empresariado nacional y a la diplomacia norteamericana de que el partido oficialista esta comprometido con la defensa de un principio fundamental de la democracia liberal como lo es la alternabilidad política.
