El público lo conoce por su característico y peculiar estilo en su rol de presentador de televisión, donde ha sido muy exitoso, pero Michael Miguel Holguín es más que eso, es un pensador político que abraza ideales de izquierda, convencido de que la República Dominicana necesita “una revolución con prosperidad”.
Al margen de su función como comunicador, Michael Miguel ha logrado construir un pensamiento emergente “de calidad”, como él mismo lo define, que descansa en el Movimiento Trinitario Liberación, “una fuerza social apartidista al servicio de la patria”.
Uno de los principales objetivos del movimiento es promover al padre de la Independencia Nacional, Juan Pablo Duarte, como el más grande revolucionario de la República Dominicana. “Es sobre Duarte que tiene que venir la revolución. El proceso transformador de la República Dominicana es obligatoriamente duartiano”, considera.
Expresa que para hacer las transformaciones que requiere el país es necesario mirar hacia atrás, a febrero de 1844, para ver cómo se logró la Independencia Nacional.
Dice que el país vive una gran crisis espiritual y considera que las iglesias son responsables del deterioro que hoy sufre el pueblo dominicano.
Entiende que el poder político partidario es el principal obstáculo para que la República Dominicana avance hacia su desarrollo y prosperidad. “Vendrá una crisis que le dará paso al proceso de reconstrucción de la nación dominicana en base a la prosperidad”, vaticina.
Michael Miguel afirma que es el pueblo dominicano que tiene que hacer esos cambios, porque está convencido de que la clase política dominante nunca los hará. “Lo que le hace falta a la Republica Dominicana en este momento es un pueblo activo, que se involucre y participe en los procesos”, lo cual reconoce no es fácil “porque ese pueblo ha sido malogrado, ha sido desconectado de sus deberes y derechos”.
Parafraseando a la extinta activista por los derechos de los campesinos Mamá Tingó (Florinda Soriano Muñoz), Michael Miguel expresa que “solo un pueblo organizado salva al pueblo”. “Es el pueblo dominicano que tiene que decidir transformar a esta sociedad, no son los de arriba, son los de abajo que tienen que hacerlo”, precisa para añadir que uno de los objetivos del Movimiento Trinitario Liberación es llevar conciencia a la gente en ese sentido.
Dijo que el movimiento trabaja con personas patriotas, que han puesto en alto su amor por el país, desde el más humilde rol que desempeña en la vida.
Un segundo objetivo es trabajar, incansablemente y bajo cualquier riesgo, por una República distinta. “No hay que ser regidor, diputado, senador o Presidente de la República para hacer aportes a la dominicanidad”, sostiene.
Y el tercer y principal objetivo del movimiento es lograr lo que él denomina “revolución prosperidad”, que será el proceso de organización del pueblo dominicano en base a lo que considera es el concepto más importante de la dominicanidad, que el país y su gente sean prósperos.
Dice que en otras partes del mundo, en el pasado, los sistemas socialistas o de izquierda colapsaron porque justamente los gobernantes no les dieron prosperidad a sus pueblos. “Para superar males como la violencia, los feminicidios, la pobreza, el hambre, narcotráfico, baja calidad en los sistemas de salud y educación, a la República Dominicana le hace falta prosperidad”, subraya.
Por eso –añade- el eslogan del movimiento es “Dios, Patria, Libertad y Prosperidad”.
En tono firme y categórico plantea que los gobiernos que hemos tenido han hecho una malísima, injusta, arbitraria, y maldita distribución de la riqueza. “Aquí hay riqueza suficiente para que todos y todas vivamos mejor”, plantea.
Afirma que el poder político dominante no ha sabido o no ha querido distribuir de manera justa esa riqueza que tenemos como país.
Estima que las mipymes (pequeñas y medianas empresas) son extremadamente más significativas que las empresas grandes a la hora de medir el nivel de riqueza de República Dominicana, pero que los gobiernos accionan siempre a favor “de los poderosos” del sector privado.
Se queja de que históricamente el Estado dominicano ha descuidado la producción agrícola, ha despreciado la ganadería y renegado un gran proyecto pesquero a pesar de que nos rodea el mar. “Sí, podemos potencializar la riqueza, pero conjuntamente con eso lo que importa es un sistema político social que la distribuya mejor. Por eso hablamos de la revolución prosperidad, que significa hacer consciente a la ciudadanía de este problema estructural central”, puntualiza Michael Miguel.
“Hablamos de una revolución de nuevo tipo, no es un tiroteo, no es una revolución con sangre”, aclara de manera oportuna.
Dice que la democracia dominicana es un engaño “y todos los sabemos que es un barril sin fondo, porque el pueblo no debió gastar millones de pesos para que Danilo Medina sea Presidente, para que El Cañero fuera síndico de Santo Domingo Este o para que Abel Martínez sea alcalde de Santiago”.
Tres problemas a enfrentar de inmediato:
1-La cultura del irrespeto a la Ley. “Mientras no logremos respetar la Ley y la Constitución de la República, esta sociedad está perdida”, dice.
2-El presidencialismo. “Es un problema profundo. Un Presidente de la República (cualquiera que sea) no puede estar por encima de su pueblo. Es una enfermedad que hay que extirpar en el país”, afirma.
3-La injusta distribución de la riqueza. “Sin el contrapeso de un pueblo organizado, que enfrente las malas decisiones de los gobiernos no habrá esa justa distribución de la riqueza que queremos y merecemos”, sustenta.
El político y presentador de televisión apunta que al país le hace falta juntas de vecinos independientes, un movimiento ecologista libérrimo, asociaciones de padres y amigos que verdaderamente fiscalicen la calidad educativa en las escuelas, patronatos de ciudadanos honestos y serviciales, y sindicatos de calidad, que no sean “canchanchanes” de los empresarios y gobiernos.
Se queja de que lamentablemente el pueblo dominicano se muestra indiferente al progreso que debe tener la República.
Lanzó duros ataques a los integrantes de la llamada sociedad civil, que a su juicio son también parte de la misma “chercha”, que se pintan como nobles y luego se transforman en lo contrario.
DESTACADOS:
Michael Miguel se define a si mismo como un político ecléctico, porque así es el siglo 21, afirma.
Lamentó que en el país no haya contrapeso a las decisiones del poder gubernamental y que quien tiene que hacerlo es un pueblo organizado.
La República Dominicana está empobrecida por los sueldos de miseria que se le paga a la gente.
El sistema de partidos no respeta a los hombres serios. Por eso no estoy en ningún partido.
No cree en el “golpe y porrazo”, porque entiende es ahí donde han estado los fracasos.
