Otra mujer fue picada por Mantarraya en Juan Dolio

El señor Luis Veras a través de una serie de hilos en twitter narró como una mujer con la cual estuvo de visita en un restauran en Juan Dolio sufrió la picadura de una Mantarralla mientras disfrutaba de la playa.

El joven se quejó por la indiferencia mostrada por el personal del restauran, quienes ni siquiera tenían disponible un botiquín médico para proveerles los primeros auxilios.

Narró la forma en que finalmente pudieron recibir atenciones médicas en el Hospital Dr. Antonio Musa, al cual fueron trasladados por una ambulancia del sistema de seguridad vial que tiene instalado en las carreteras del país el Ministerio de Obras Públicas.

Ver twitt del señor Luis Veras:

ATAQUE DE MANTARRAYA EN JUAN DOLIO

Aquí cuento cómo el pasado sábado empezó como la primera foto, pero terminó como la segunda. Narro esta experiencia para edificar sobre los riesgos al disfrutar de la playa y los servicios de salud de la zona. OJO: CONTENIDO SENSIBLE.

El pasado sábado por la mañana Ana María, Mónica y yo fuimos a un restaurante a la orilla de la playa en Juan Dolio. Me reservo el nombre del lugar para permitirles la oportunidad a que rectifiquen su indiferencia durante este incidente, sin que su nombre quede perjudicado.

Cerca de las 12:30pm las chicas se dispusieron a entrar a la playa mientras yo me quedaba en la mesa concluyendo una llamada. Menos de un minuto despúes escuché los gritos de Mónica quien exclamaba que Ana estaba herida (lo cual me extrañó pues estaban a 3 metros de la orilla).

Corro a ellas y al llegar veo el agua teñida de sangre. «Esto no lo causa un erizo», pensé. Al cargar a Ana e intentar ver la herida en su tobillo, el flujo impedía juzgar nada. Sólo sabía que ella perdía mucha sangre y las manos no bastaban para bloquear la hemorragia.

Ya en la orilla, Mónica empieza a llamar al 911, y nos llega un ángel: una señora que disfrutaba del día en familia, se nos acerca, se identifica como médica, y sin pensar en su propia salud (Covid) nos ayudó e improvisó torniquete y compresa para intentar detener el sangrado.

En ese momento Ana logra decir: «Fue una mantarraya, sentí cuando la pisé, sentí cuando reaccionó y me clavó. La vi alejarse. Es profundo. Duele. Duele mucho», exclamó. El ataque ocurrió a 3 metros de la orilla, con el agua por las rodillas y niños pequeños justo cerca.

Esperando la ambulancia, Ana empieza a sentir calambres en las extremidades. La médica indica «vuelve a llamar 911 y pregunta cuánto tiempo. Tiene arteria comprometida. Es grave.» @Sistema911_RD confirma estar de camino, pero por la ubicación no podían decir tiempo de llegada.

Ante esa incertidumbre la médica dijo «no esperen más», y arrancamos hacia la clínica más cercana, en San Pedro, a 17 minutos según Google. ¿Pueden creer que en todo Juan Dolio, lugar turístico, no hay un solo centro médico, público o privado? @SaludPublicaRD@SNSRDO@MTurismoRD

A los pocos minutos en carretera vimos un centro de Asistencia Vial de @RDMOPC, donde había una ambulancia. Un éxito. Movieron a Ana a la ambulancia, le cambiaron el torniquete y compresa, y se la llevaron hacia San Pedro acompañada de Mónica. Yo seguí en nuestro vehículo.

En defensa de @Sistema911_RD, en lo que montaban a Ana en la ambulancia de @RDMOPC, me llamaron del 911 indicando que estaban en el lugar. Les actualizamos sobre la situación. Solo habían transcurrido unos 3-4 minutos desde que salimos.

Los paramédicos nos dijeron que según su mandato deben llevarnos a un hospital, pero que si preferíamos podían llevarnos a una clínica. Eso decidimos. Fracaso. La primera clínica, Centro Médico De León, sin energía eléctrica. Clínica privada sin generador de emergencias. Bien.

Seguimos a la Clínica Macorix, donde nos reciben con la información de que no tienen cirujano disponible. Aun así, Ana María fue hidratada y recibió analgésicos para intentar calmar su fuerte dolor. Por falta de cirujano, la clínica recomienda traslado hacia Santo Domingo.

El paramédico de la ambulancia de @RDMOPC dijo que no recomendaba ese traslado sin la evaluación previa de un cirujano. Aconsejó hacer lo que ahora sé que debimos hacer desde el inicio: ir al Hospital Regional Dr. Antonio Musa (a unos minutos).

Felizmente, recibimos mucho mejor servicio en el sistema público que en el privado.@SNSRDO En instalaciones más modestas pero más amplias, nos atendieron rápidamente: estabilizaron, pusieron suero y analgésicos, toma de análisis y cambio de compresa, mientras esperamos cirujano.

En este instante, al parecer, el veneno empieza a hacerse sentir y los dolores de Ana María lucen ser peores, a pesar de los analgésicos. Con dos partos en su haber, no podía creerle cada vez que gritaba que este era el dolor físico más grande que había sentido en su vida.

Minutos más tarde, un emergenciólogo y un cirujano entran a la sala. A estas alturas, Ana estaba pálida por la gran pérdida de sangre y casi desmayada del dolor. La herida era profunda, una arteria secundaria estaba lacerada y no la encontraban.

A pesar de lo complicado de la herida, estos habilidosos galenos lograron corregir el trauma vascular sin la necesidad de cirugía mayor, salvando a Ana de una situación de gran peligro. Estamos muy agradecidos con el equipo del Hospital Dr. Antonio Musa @SNSRDO@SaludPublicaRD.

Luego de antitetánicos, otros medicamentos e indicaciones, salimos de San Pedro a las 3:30p, y llegamos justo antes del toque de queda a Santo Domingo. Ya en casa, un vecino y cirujano de confianza, hizo una inspección final y dió el visto bueno.

Narro nuestra historia para que seamos conscientes de este y otros peligros al disfrutar del mar. Sobre todo porque dada la reducida actividad humana por la pandemia, los animales parecen haber retomado su hábitat. @ambienterd y @MTurismoRD debieran educar al respecto.

Mi intención no es alarmar: Los ataques de rayas son poco comunes. Pero pueden letales. La raya descansaba escondida bajo la arena, invisible, casi en la orilla. Solo se asustó y causó este desastre. (Regazo de Mónica luego de movilizar a Ana // Toallas ensangrentadas).

Antes de concluir, quiero agradecer infinitamente a la señora médica quien, desestimando las advertencias de su familia, se puso en riesgo para atender a Ana. También al pana (polo rojo) que ayudó en el traslado al parqueo y la señora que desocupó su mesa para usarla de camilla.

Un gran F.U. al restaurante donde ocurió este accidente. No logro entender su indiferencia. No nos ofrecieron botiquín, no sabían dónde estaba la clínica más cercana o dónde recibir primeros auxilios. Solo nos preguntaron que si llamamos al 911 y luego se desentendieron.

Y al irnos, cuando íbamos saliendo del parqueo, corre a nuestro encuentro el mesero con la cuenta. Y Ana en la parte detrás del vehículo desangrándose sobre el regazo de Mónica. Dejé mi número y dije que después hablábamos. Espero con muchas ansias esa llamada.

Finalmente, el @Sistema911_RD no es igual en todas partes. En Santo Domingo es una maravilla. Fuera de la capital, no necesariamente. Si estás cerca de carretera, Asistencia Vial de @RDMOPC puede ser más rápido. Guarda su número (829) 688 1000 y baja su app. ¡Excelente servicio!.

Ahora solo nos queda hacernos pruebas de Covid19 en los próximos días, pues durante todo este episodio estuvimos muy expuestos. Gracias por su lectura. Leo sus comentarios.

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