El nietísimo Ramfis Trujillo ha irrumpido de forma sorpresiva el escenario político nacional con un proyecto político que reúne todas las condiciones para gobernar por varios lustros la República Dominicana.
Cuando el ex presidente Fernández dijo en el 2013 que su partido gobernaría la República Dominicana hasta el 2044 jamas imagino la entrada en escena de un verdadero proyecto presidencial con dulce aroma a poder.
La decadencia democrática de nuestras instituciones públicas y del sistema de partidos políticos ha pulverizado la necesaria credibilidad que debe haber en un sistema democrático para su legitimidad.
Esa falta de legitimidad popular aunado al incremento de las expectativas ciudadanas y a la deuda social acumulada por años, ha sido caldo de cultivo para que Ramfis Trujillo en corto tiempo haya podido posicionar su proyecto presidencial como uno de los favoritos para ganar las próximas elecciones presidenciales del 2020.
El auge de Ramfis demuestra que la partidocracia tradicional de la República Dominicana tiene sus días ,contados tal como ha pasado en todo el continente, y también evidencia la desvinculación ciudadana a las fidelidades políticas, que fue lo que le permitió a los gobiernos de los últimos 50 años turnarse la administración del poder a pesar de que no pudieron resolver ni siquiera uno de los problemas fundamentales que por años afecta la sociedad dominicana.
