El presidente de la mesa de la Opinión Cívica y Política Cristiana, reverendo Domingo Paulino Moya, dijo que preocupa al pastorado evangélico dominicano y a la sociedad civil, que el presidente la Junta Central Electoral, magistrado Julio César Castaños Guzmán, viole las reglas de arbitraje al hacerle una visita junto al Pleno de la institución que preside, a uno de los precandidatos del PLD.
Paulino Moya señaló que dicha visita ha sido observada por amplios sectores sociales como un privilegio, que ha ocasionado irritación en el Partido Revolucionario Moderno (PRM), principal partido de la oposición.
El vocero nacional evangélico cree que son racionales las preocupaciones del PRM, “pues en los pasados procesos electorales, el más alto organismo comicial de la nación ha sido criticado por mostrar gestos de inclinación, en plena apertura de proselitismo electoral, favoreciendo al partido de gobierno”.
Agregó que el gesto fue visto como de cortesía privilegiada, y que no hizo más que generar desconfianza en la sociedad civil, el electorado nacional y los organismos internacionales como la OEA y el departamento de Estado, de los Estados Unidos.
El reverendo auguró que ante perfil de futuro que se visualiza en este “complicado” activismo electoral, la JCE, tendrá que ser cautelosa y a alejarse de la improvisación, “que puede dar lugar a conflictos innecesarios y peligrosos”.
Advirtió que tales conflictos podrían chocar con una oposición política que ha sufrido deserciones de carácter comicial, que la hace desconfiar y estar atenta a las medidas y movimientos, que lleve a cabo el Pleno de la Junta.
El religioso dijo que por el bien de la democracia y el equilibrio político que demandan los acontecimientos electorales venideros, la Junta debe dejar atrás todo gesto de cortesía y trabajar para recobrar confianza y dar muestra de independencia, además de actuar alejada de privilegios, que puedan ser vistos como favores.
