Un sacerdote de la iglesia católica salió en defensa del padre Rogelio Cruz, expulsado de la orden salesiana y la arremetió contra el obispo de la diócesis de Baní, Ocoa y San Cristóbal, de quien dijo sentir pena por argumentar que quieres en su diócesis sacerdotes, pero no inquietos sociales.
El reverendo Ramón Alejo Cruz (padre Moncho), se refiere a la postura asumida por Monseñor Víctor Masalles, con relación a la situación que confronta el padre Rogelio.
“Me da pena escuchar un obispo decir eso; me da pena, es que un obispo, un sacerdote, un hombre o mujer de fe viviendo la realidad dominicana del momento puede no ser un inquieto social
El sacerdote cuestiona si acaso está invitando un obispo a su clero a no preocuparse por la situación de injusticia e inmoralidad social a que está sometido nuestro pueblo.
“¿Fue Jesús el Cristo, indiferente a la realidad socio-política de su pueblo, de sus pobres?, se preguntó.
Agregó a seguidas que el padre Rogelio Cruz, pudo caer en acciones “agresivas” de vez en cuando, pero de algo estoy seguro lo hace por amor.a su pueblo, no para buscar bienes personales.
¿Acaso Jesús no lo hizo, no cogió el látigo?
“Pero me atrevo a preguntarle (no sé si tengo derecho a interrogar a un Señor obispo) qué actitud toma la Iglesia con una serie de sacerdotes (no son tantos, pero hay varios) que usan el sacerdocio y la posición para servir a los que esclavizan y se roban los bienes del pueblo”.
El padre Ramón Alejo Cruz dijo que nunca ha visto expulsar a esos, señalando que quizás no tienen ojos para verlos.
Entiende que si algo necesita la iglesia dominicana hoy en día, es sacerdotes con inquietudes sociales,
“Mi Monseñor, creo que su discurso, en este caso concreto, no es el de Cristo que camina con el pueblo”, significó.
El padre Moncho precisa que el obispo “sin querer queriendo”, nos está mandando un mensaje que no es cristiano al clero dominicano.
“Espero desde mi posición, y no voy a decir desde mi humilde posición, espero que los sacerdotes no pongamos caso a su llamado”, reflexionó.
Exhortó a los sacerdotes a ser inquietos sociales, no ser cómplices de los que maltratan al pueblo de Dios que se nos ha encomendado.
Puntualizó que hay dos caminos: O con el pueblo o contra el pueblo.
