«Santo Domingo se cae a pedazos ante la mirada indiferente del alcalde David Collado», dice señora

«Jamás imaginé que mi Santo Domingo estuviera tan descuidada, con tanta basura, arrabalización, caos, desorden, ocupación de los espacios públicos e invadida por inmigrantes ilegales», dijo una dominicana acabada de llegar de los Estados Unidos tras durar dos décadas sin venir a la República Dominicana.

Alfonsina Beltrán, una doña cincuentona residente en el Ensanche La Fé, se quejó por la ciudad que ha vuelto a ver tras años exiliada en otro país que aunque ya sea ciudadana de allí nunca la verá como una hija natural.

«Me fui hacia los Estados Unidos a los 28 años de edad, y aun me duele haber emigrado casi obligatoriamente tras no encontrar en empleos en mi país», dijo.

Ahora que vuelvo a mi Santo Domingo me siento deprimida «jamás imaginé que estuviera así», afirmó solloza y como con ganas de no haber regresado nunca mas a la ciudad que la vio nacer.

Criticó la enorme cantidad de vendedores ambulantes que vio en las esquinas y avenidas de la ciudad, los cuales siente que la asedian en cada parada que hace en espera del pase que le dará la luz verde del semáforo.

«Mira eso ahi la 27 con Máximo Gómez, un jovencito quería limpiar el cristal de mi carro y como le dije que no me dijo de todo», narró.

Consideró que Santo Domingo se esta cayendo a pedazos aunque lo que mas se ve sean sus nuevas plazas y nuevas torres residenciales.

«Una ciudad es su gente, los entornos, el cuido, la limpieza, el orden, la organización y por supuesto el espíritu que se respira en ella», planteo.

«Aquí se respira caos, irrespeto, inseguridad, basura, falta de autoridad», lamento.

Pidió al alcalde David Collado recordar que Santo Domingo es la primera ciudad del nuevo mundo configurado por el imperio español en las Américas. «Es inentendible esta situación, basta tener amor por la patria y amor por la ciudad’, planteo.

Exigió a las autoridades municipales ponerse los pantalones sin importar el costo político que pudiese tener imponer el orden en una ciudad que no resiste tanta indiferencia por parte de sus autoridades.

«Por Dios, cuando regrese a Santo Domingo, si es que regreso, espero encontrar una ciudad mejor», concluyó.

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