Univisión destapa entramado oscuro entre Donald Trump, Familia Hazoury y Banco de Reservas

Por Manuela Andreoni

Ramón Luis Pérez, un empresario puertorriqueño, tuvo que pagar 100,000 dólares solo por sentarse a la mesa, y , aún así, se sintió afortunado. Ése fue el precio del boleto para asistir a la fiesta de lanzamiento de Trump Farallón, un proyecto de villas en un acantilado con vistas al mar Caribe, en el resort más nuevo y popular de la República Dominicana, Cap Cana.

El boleto le daba la oportunidad de comprar uno de los 68 lotes disponibles para construir una lujosa casa junto a campos de golf, hoteles de lujo y el condominio Trump Tower. «Nos vendieron el paraíso», dijo Pérez..

El evento se realizó en una soleada mañana de sábado, en mayo de 2007. Allí estaba Ricardo Hazoury, miembro de la familia dueña de Cap Cana, al igual que Donald Trump y sus hijos Eric e Ivanka. Después de los discursos, un animador comenzó a llamar al frente a las personas que compraron boletos, para que escogieran los lotes que querían comprar. En cuatro horas, 95% de los terrenos se vendieron por un total de 306 millones de dólares, según los registros judiciales.

En la sala de eventos era desbordante el entusiasmo por el proyecto. Un amigo que Pérez llevó a la fiesta hasta quiso comprarle su boleto, pero él se negó. Al final de la jornada, el empresario había comprado dos lotes, uno por 2.6 millones de dólares y el otro por 5.6 millones.

Hoy, la tierra a lo largo del acantilado que una vez se vendió como la propiedad más valiosa en el proyecto de Cap Cana, está abandonada. Casi nada se construyó. Sin embargo, uno de los participantes en el proyecto se fue con los bolsillos llenos, pese a que no invirtió dinero: la Organización Trump.

Los registros muestran que los Trump ganaron más de 15 millones de dólares en el fracasado proyecto Farallón.

Una de las pocas villas que se empezaron a construir quedó abandonada. MANUELA ANDREONI PARA UNIVISION

Una de las pocas villas que se empezaron a construir quedó abandonada. MANUELA ANDREONI PARA UNIVISION

Una de las pocas villas que se empezaron a construir quedó abandonada. MANUELA ANDREONI PARA UNIVISION

Una de las pocas villas que se empezaron a construir quedó abandonada. MANUELA ANDREONI PARA UNIVISION

Todos los inversionistas parecen haber perdido dinero. Al menos tres de ellos acudieron a un tribunal de arbitraje para denunciar que fueron engañados: años después de que se les prometió, no había villas, ni campo de golf, ni Trump Tower. Los registros del tribunal de arbitraje no son públicos, pero Univision Noticias pudo confirmar que un inversionista logró ganar en la corte contra Cap Cana, mientras que los otros dos perdieron.

Años después Banreservas firmó un acuerdo para prestarle 68 millones de dólares a Cap Cana y salvar el proyecto Trump Farallón, según una auditoría ordenada por la Organización Trump. El monto cubría las deudas de los compradores de 20 lotes.

En la actualidad Banreservas tiene al menos 11 lotes vacíos, que habían sido valoradas en 52 millones de dólares. El banco ha tratado de vender los lotes con un descuento del 65%. Uno de ellos se lo quitaron a Ramón Luis Pérez, después de que dejó de pagar las cuotas.

Univision y Columbia Journalism Investigations hablaron con el abogado de Trump, Alan Garten, para conocer su versión de los hechos en enero. El abogado recibió preguntas detalladas por correo electrónico como lo solicitó. Sin embargo, al cierre de este reportaje, Garten no dio respuestas ni contestó las llamadas de este medio.

Según Pérez, un año después de que dejó de pagar, luego de haber invertido más de dos millones de dólares, Cap Cana le informó que el banco se había adueñado de uno de sus lotes. Asegura que intentó negociar el pago de un precio más bajo por el terreno, pero el banco no cedió. Univision no pudo confirmar esto con Cap Cana ni con Banreservas.

HOY, LA TIERRA A LO LARGO DEL ACANTILADO QUE UNA VEZ SE VENDIÓ COMO LA PROPIEDAD MÁS VALIOSA EN EL PROYECTO DE CAP CANA ESTÁ ABANDONADA

Un funcionario con conocimiento de la negociación que habló bajo condición de anonimato, dijo que el banco sí contactó a los propietarios, y que algunos decidieron no pagar. El banco aprobó el crédito, dijo el ejecutivo, porque la junta directiva creyó que los compradores podrían pagar sus deudas, ya que todos eran inversionistas adinerados.

Uno de los lotes con los que se quedó el banco pertenecía a José Ramón Peralta, miembro del gabinete del presidente de la República Dominicana hoy en día. Otro fue comprado originalmente por el exministro Diandino Peña, quien hace poco fue destituido como director del Metro de Santo Domingo, tras verse involucrado en un escándalo de corrupción. Ninguno de ellos respondió a las preguntas enviadas por este medio. Tampoco hay evidencia de que le hayan pagado al banco, que finalmente se quedó con ambos terrenos.

Sin embargo, para 2008 ya era claro para muchos que el proyecto era una mala inversión. «Cuando vas allí, solo ves arbustos y maleza», dijo Máximo Bisonó, uno de los propietarios de la mayor empresa constructora del país, a quien el banco también le quitó sus propiedades después de que decidió que no valía la pena seguir pagando las cuotas.

Aparte de los 11 lotes en Trump Farallón, Banreservas posee también 56 apartamentos en dos condominios, y el principal campo de golf en Cap Cana, Punta Espada, que fue el pago que recibió por el préstamo de 30 millones de dólares que recibió en 2003, y que la empresa no pudo pagar. Pero el banco no ha ganado dinero con este terreno, ya que Cap Cana sigue administrándolo, según reveló el directivo que habló con Univision.

En Cap Cana culpan a la recesión por el fracaso del proyecto, y aseguran que cumplieron con su parte del trato, que era desarrollar la infraestructura. El resto era simplemente un plan, sin un plazo de tiempo para cumplirlo.

El comprador Ramón Luis Pérez no lo ve de esa manera. Dice que un año después de que compró su lote se dio cuenta de que no tenían intención de construir, pues debido a la crisis financiera Cap Cana despidió incluso a su personal de mantenimiento. Al mirar atrás, cree que los inversionistas fueron engañados.

Estos hallazgos son parte de una investigación de Univision y Columbia Journalism Investigations en la que se analizaron las prácticas de la marca Trump. Descubrimos que 15 de los 27 proyectos de la Organización Trump en el extranjero incluyen a un inversionista o empresario constructor que enfrentó alegaciones criminales.

El de Cap Cana no fue el primer proyecto en el que el banco dominicano se vio envuelto en inversiones cuestionables. En 2005, le prestó 13 millones de dólares al empresario español Arturo Del Tiempo, quien recién había llegado al país y quería construir un lujoso edificio residencial. El inversionista logró incluso que el presidente Leonel Fernández asistiera a la ceremonia de inauguración. Cinco años después, Del Tiempo fue arrestado y luego condenado en España por traficar más de una tonelada de cocaína, aunque no hay evidencia de que el banco supiera de su relación con el narcotráfico.

El banco tomó el edificio luego de que el empresario no pudiera pagar su deuda. No está claro si el banco perdió dinero en la transacción, pero oficiales del banco dicen que no vendieron los apartamentos. El caso, en el que los inversionistas demandaron a Banreservas para recibir alrededor de 20 millones de dólares, está en la corte civil.

Cuando Cap Cana fue anunciado a principios de la década pasada, era considerado uno de los proyectos turísticos más importantes en la República Dominicana, según Félix Jiménez, exsecretario de turismo. La propiedad es más grande que la isla de Manhattan, y el plan era construir la mayor parte del proyecto en unos diez años, aunque complejos turísticos similares en el país tardaron casi 30 años en desarrollarse.

Jorge Subero, el vicepresidente de Cap Cana, informó que la mayoría de los inversionistas pagaron sus lotes en el proyecto Trump aún durante la crisis. “Los compraron con planes de pago. Casi todos pagaron. Muchos a través del Banco de Reservas (Banreservas)”, dijo Subero.

Cuando Univision pidió una aclaración sobre qué pasó con aquellos que no pagaron, Abraham Hazoury dijo: “después de comprar y financiar una propiedad con un banco, cada persona es responsable de cumplir con sus obligaciones o perder la propiedad”. Hazoury no logró, sin embargo, explicar la participación del banco en el proyecto. Univision preguntó a Hazoury sobre la participación de Banreservas en el proyecto pero no obtuvo respuesta.

LA PROPIEDAD ES MÁS GRANDE QUE LA ISLA DE MANHATTAN Y EL PLAN ERA CONSTRUIR LA MAYOR PARTE DEL PROYECTO EN UNOS DIEZ AÑOS

No hay evidencia, por otro lado, de que la Organización Trump estuviese involucrada en las negociaciones con el banco. Al parecer se enteraron cuando ordenaron la auditoría de Cap Cana en julio de 2009. Entonces exigieron su parte. El informe de auditoría muestra que a Trump le debían comisiones por 3.8 millones de dólares, por los lotes cubiertos por el crédito de Banreserva. Solo en el lote de Pérez la comisión de Trump era de 385,394 dólares.

Los pagos se le hacían al servicio de mercadeo de la Organización Trump, dijo Hazoury. Aunque los contratos y el material promocional no decían que Trump era el desarrollador o inversionista, un comunicado de prensa de febrero de 2007 generó confusión para los compradores.

Después de la crisis, Cap Cana se topó con enormes problemas financieros. La organización Trump comenzó a exigir su parte de las ventas, pero en Cap Cana le respondieron que se habían quedado sin dinero.

LA ORGANIZACIÓN TRUMP COMENZÓ A EXIGIR SU PARTE DE LAS VENTAS, PERO EN CAP CANA LE RESPONDIERON QUE SE HABÍAN QUEDADO SIN DINERO

En diciembre de 2009, Fernando Hazoury, uno de los hermanos que dirigen Cap Cana SA, le pidió a Eric Trump refinanciar la deuda que la empresa tenía con su organización. “Le estamos pagando antes y más rápido que a cualquiera de nuestros prestamistas”, escribió Fernando Hazoury en una carta. “Solicitamos que comprenda que la única forma de generar el dinero en efectivo para pagarles, es que se promocione el nombre de Cap Cana y que nuestra relación ante el público sea más visible y fuerte que en 2010”.

Después del litigio en Nueva York, muchos inversionistas pensaron que el acuerdo con Trump ya no estaba vigente (actualmente, no hay rótulos con el nombre Trump en el proyecto). Pero Hazoury dice que el acuerdo nunca se rompió. Días después de la toma de posesión del presidente Trump, en febrero de 2017, Cap Cana le pagó a Eric Trump para que visitara el proyecto.

“Nos gustaría comenzar una nueva fase de desarrollo”, dijo Hazoury. “No hemos propuesto cancelar [el acuerdo] ni ellos tampoco lo han hecho. Nos interesa ​​avanzar”.

En declaraciones a la prensa, Alan Garten, el asesor legal de la compañía, no descarta el interés de la familia en desarrollar el proyecto, aunque eso signifique romper la promesa del presidente Trump de evitar nuevos negocios en el extranjero.

La asociación de hoteles más importante del país apeló la decisión y ha estado negociando con el ministerio para que la revoque.

Las dos torres Trump estaban planeadas desde 2007 y no hay evidencia que los nuevos planes hayan influenciado la decisión del ministerio. En diciembre, la prensa dominicana reportó que el Consejo de Promoción de Turismo aprobó beneficios fiscales para la construcción de 17 torres en Cap Cana, pese al voto en contra de la asociación hotelera.

Está por verse si la Organización Trump sigue creyendo en el proyecto Cap Cana. En 2015, la empresa vendió uno de los lotes que recibió después de la pelea legal en Nueva York. Lo dejó ir por dos millones de dólares, menos de la cuarta parte del precio original.

Cap Cana, además, ha enfrentado otros problemas legales además del litigio con la Organización Trump.

Pero la Corte Suprema anuló la decisión y ordenó a la fiscalía investigar el asunto. No se presentaron cargos y el caso no trascendió, aunque la decisión de la corte está disponible en Internet. Hazoury dice que la queja era infundada, y que los fiscales no encontraron nada. Univision no pudo confirmar si la investigación concluyó.

La Organización Trump siempre ha dicho que investiga los antecedentes de sus socios antes de un acuerdo. No está claro, sin embargo, si lo hizo en este caso o si se enteró a posteriori de las denuncias en contra de sus socios y no les dio relevancia.

Una revisión de antecedentes los habría alertado de que el principal accionista de Cap Cana SA es una sociedad panameña con acciones al portador, llamada Wilmer Trading, y es casi imposible determinar legalmente quiénes son los verdaderos dueños de la empresa. Entre Cap Cana y sus principales accionistas hay tres capas de personas y sociedades, algunas en jurisdicciones offshore opacas, como las Islas Vírgenes Británicas.

ESTRUCTURA CORPORATIVA DE CAP CANA
La estructura corporativa de Cap Cana genera dudas sobre su transparencia

Hazoury dijo que hicieron esa compleja estructura porque en un momento hubo otros accionistas en la compañía, aunque no quiso revelar sus nombres. Univisión le mostró la estructura corporativa de Cap Cana a John Madinger, un ex investigador de la autoridad tributaria estadounidense (IRS por sus siglas en inglés), y especialista en lavado de dinero. Madinger dijo que él dudaría en firmar un acuerdo con Cap Cana, dada su complejidad.

SI ERES UNA EMPRESA O CIUDADANO ESTADOUNIDENSE TIENES QUE TENER LA SEGURIDAD DE QUE NO ESTÁS TRATANDO CON DINERO SUCIO

Y más allá del capital están sus prácticas. No es difícil encontrar inversionistas descontentos que sienten que la empresa los ha engañado. En 2016, los inversionistas de otro proyecto que nunca se completó, el Racquet Village, demandaron a Cap Cana y los acusaron de lavado de dinero. Los fiscales locales determinaron que la acusación era infundada.

Pérez, el inversionista puertorriqueño, nunca pensó en demandar. «No quería gastar un dólar más en esos lotes. No me interesa», dijo. Sonrió lamentando todo lo que perdió. También invirtió en otros proyectos en Cap Cana, y ahora vive parte del año en un apartamento junto a la marina.

Amanda Gomez, Rebecca Schuetz, Mónica Cordero and Alicia Ortega colaboraron con este reportaje.

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