Un acto de graduación de nuevos profesionales egresados de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), se convirtió en un “bombardeo” de críticas y cuestionamientos por parte de una de las estudiantes escogida para pronunciar el discurso en representación de los graduandos.
Winny Placencia Peralta, quien obtuvo con honores el título de Licenciada en Educación mención filosofía y letras, hizo una serie de reflexiones en las que enrostró fallas a profesores universitarios, a la rectoría, a dirigentes estudiantiles y también al propio Estado dominicano.
La estudiante Placencia Peralta dijo desde el pódium que hay profesores buenos, muy buenos y otros que lo que hacen es vulnerar el acceso de los estudiantes a la educación.
“Algunos mutilan las horas de clase señaladas en el pensum, y en las primeras clases presentan a los estudiantes un horario distinto al seleccionado en el sistema por el bachiller”, sostuvo Winny.
Afirma que los profesores no son los únicos responsables de todo lo que ocurre en el proceso formativo de las universidades, señalando que la educación moderna demanda mejorar la calidad de los empleados de la entidad educativa.
A las autoridades universitarias la estudiante les dijo, en su propia cara, que hace falta que la UASD termine de responder a la casa de altos estudios que todos afirman que es.
Al Estado dominicano, “nuestro máximo representante”, le reclamó propiciar las facilidades necesarias para que los estudiantes de la UASD no tengan que viajar a otros recintos para terminar su carrera.
Reveló que en su caso particular, para poderse graduar debió tomar clase en cuatro recintos diferentes, en igual número de ciudades: Santo Domingo, San Francisco de Macorís, Puerto Plata y Mao.
Sobre los dirigentes de los gremios estudiantiles de la UASD, dijo que en realidad estos no representan a los estudiantes.
Afirmó que muchos de ellos cometen actos deshonrosos, y puso como ejemplo que muchos de esos dirigentes toman los méritos de los estudiantes para ponderar su asociación estudiantil y tomar crédito a costa de otros.
“Soy la misma a la que un dirigente estudiantil públicamente ofreció un premio solo para lograr renombre y autocomplacencia internacional, premio que nunca recibí”, puntualizó.
Sobre la Constitución de la República, dijo que sentarse a leerla se torna un dolor de cabeza, pues “las leyes hermosamente redactadas se cumplen en escasa proporción”. “En ocasiones, ocurre algo similar con el estatuto orgánico de nuestra universidad”, añadió.
