
La dictadura clásica es un régimen de gobierno donde una persona toma decisiones tan importantes como modificar leyes y promulgarla a su conveniencia.
El dictador tradicional gobierna para un grupo económico y político que le apoya sin cuestionamientos.
Los regímenes dictatoriales clásicos persiguen, asesinan intimidan a sus opositores, no hay elecciones, los medios de comunicación están censurados y se desconocen todos los derechos fundamentales de la persona humana.
Tenemos ejemplos de esos grandes dictadores en América Latina en Rafael Leónidas Trujillo, François Duvalier, Anastasio Somoza y Augusto Pinochet, entre otros.
Hoy vemos una nueva forma de dictadura, la que se esconde en supuestas elecciones libres, donde hay una aparente libertad de expresión y que usa los mecanismos de la democracia para mantener en el poder a una persona o un grupo.
Esa dictadura blanda se alza con el control legislativo, la justicia y el Poder Ejecutivo, con el auxilio de una plataforma mediática, modifica leyes, desacredita y divide a los opositores y en apariencia las instituciones funcionan, pero con mucha deficiencias generando desconfianza en la población.
Esta dictadura de nuevo cuño es muy peligrosa, porque esta corroyendo el fundamento de la democracia.
Venezuela y Nicaragua hoy sufren los rigores, esta nueva forma de dictadura que ha sumido a esos países en una crisis política económica y social.
Defendamos la democracia que no es la mejor forma de gobierno, pero es sistema el menos malo.