La activista social, Cosette Alvarez, posteo en su cuenta personal de facebook algunas observaciones sobre el devenir histórico de las Marchas Verdes. Pidió al movimiento cívico tomar las riendas de un discurso que gire en torno a la solicitud de destitución del Presidente, Convocatoria de nuevas elecciones y una constituyente para una reforma constitucional.
Dejamos aquí texto íntegro de la apreciada y admirada activista social Cosette Alvarez
No, no me he retirado de circulación, mucho menos de la lucha por el fin de la corrupción y la impunidad. Es sólo que a veces es bueno detenerse y observar, cosa a la que no soy muy dada, pero esto es serio y no podemos descuidarnos.
Estoy notando que, por un lado, son demasiados los que están contando con que el PLD y el gobierno morado, espontáneamente, repentinamente, se conviertan en lo que nunca han sido y hagan lo que de ninguna manera se puede esperar de ellos: que se pongan a nuestra disposición para recibir un castigo que se merecen con creces y devolver todo lo que nos han arrebatado que, lejos de sobrarnos, lo necesitamos y no como quiera. Eso es algo que no conseguiremos por las buenas. No estamos bregando con infantes a los que queremos crear conciencia. Estamos bregando con delincuentes entrenados y, principalmente, desalmados. Ya nos han dado demasiadas pruebas de que, como pueblo, no les importamos ni siquiera para que votemos por ellos porque también encontraron el camino de perpetuarse en el poder con encuestas, campañas y elecciones falseadas.
Por otro lado, es tan abundante, frecuente y diversa la generación de ideas y propuestas, que muchos han llegado al punto de desconfiar de la intención de una parte de ellas. Así no llegaremos a ninguna parte y tenemos claro que esto no puede fracasar por ningún motivo.
Y, de acuerdo a mi mejor criterio y sin conocer ni estar particularmente en su origen, creo que la propuesta más firme, mejor definida, que se ha hecho a lo largo de todo este proceso es la de las tres demandas de ayer: que todos los cargos electos el año pasado, incluyendo la presidencia de la república, renuncien y se convoque a elecciones el año que viene; que se convoque a una reforma constitucional con participación popular, y que se amarre bien el establecimiento de un riguroso régimen de consecuencias. Supongo que esas propuestas pueden y deben ser afinadas, pero son claras y se explican por sí mismas.
Vamos a pensar seriamente en todo esto y a debatirlo, dejando de lado los disparates, las pendejadas, el protagonismo y demás distracciones, concentrados en lo que realmente interesa y nos mantiene unidos: el fin de la corrupción y de la impunidad, así como la recuperación de nuestro patrimonio.
