El mito del racismo en el Partido Republicano. Por Julio Díaz Sosa

Todo aquel que conoce la historia política estadounidense sabe que el Partido Demócrata era el partido de la esclavitud y las leyes segregacionistas mejor conocidas como Jim Crow. El Partido Republicano era considerado el partido de la emancipación y la integración racial, que liderado por Abraham Lincoln realizó la Proclamación de la Emancipación en 1863, y que posteriormente auspició la rectificación de la Enmienda 13 a la Constitución estadounidense que abolió la esclavitud; y la rectificación de la Enmienda 14 que les otorgaba la ciudadanía estadounidense a todos los esclavos y a todo aquel que nazca en territorio estadounidense. Los demócratas fueron el partido de los Estados Confederados de América, cuyo presidente fue Jefferson Davis y los republicanos representaba la Unión del territorio estadounidense.

Luego de finalizada la guerra civil estadounidense, los demócratas que apoyaban las leyes segregacionistas de Jim Crow que surgieron bajo el lema “iguales pero separados,” se encontraban radicados en su mayoría en el Sur de los Estados Unidos. En cambio, los republicanos socialmente tolerantes eran políticamente dominantes en el Norte del país. La tesis del racismo en el Partido Republicano se construyó sobre la base de que en la década de los 60 y 70 del siglo XX, los demócratas dejaron de ser políticamente dominantes en el Sur, y los Republicanos pasaron a tomar el control, porque supuestamente los demócratas racistas se pasaron al Partido Republicano por la aprobación y la entrada en vigencia del Acta de los Derechos Civiles de 1964 que acabó con la segregación racial en los Estados Unidos. Y de repente, los demócratas se convirtieron en los defensores de los derechos civiles y los republicanos se convirtieron en los racistas. Ese mito ha sido fabricado por las élites académicas liberales y los medios que responden a esos intereses ideológicos.

La verdadera historia, la que no cuentan los medios de comunicación ni la que las academias imparten en sus aulas es la siguiente. Los republicanos no podían ganar unas elecciones nacionales apelando al mejor desempeño natural del país; ellos sólo podrían ganar apelando a los peores sentimientos de la nación. Esta falacia fue atribuida a los medios de comunicación de tendencia liberal que le adjudicaron a Richard Nixon esa estrategia política conocida como “The Southern Strategy” o “La estrategia del Sur,” que consistía en ganar elecciones, ganando los estados ubicados en el Sur del país, y que ganar en el Sur significa apelar a los racistas. Por lo tanto, los republicanos el Partido de Abraham Lincoln, es considerado ahora el partido de los campesinos blancos del Sur. Como dije al principio de este artículo, esta historia es un mito. De hecho, hay tres mitos envueltos en esta narrativa falaz.

A continuación, vamos a aclarar cada uno de esos mitos. El primer mito es que los republicanos para ser electoralmente competitivos en el Sur de los Estados Unidos, empezaron a consentir a los blancos racistas en la década de los 60. La realidad es que los republicanos se volvieron exitosos electoralmente en el Sur, a partir de las elecciones presidenciales de 1928 que las ganó Herbert Hoover, en esas elecciones Hoover obtuvo el 47% del voto popular de los estados del Sur en contra de su contrincante, el demócrata Al Smith. En el año 1952, cuando los republicanos volvieron a la Casa Blanca después de 20 años fuera del poder de la mano de Dwight D. Eisenhower, los republicanos ganaron los estados sureños de Tennessee, Florida y Virginia. Y para las elecciones de 1956 ganó los estados sureños de Louisiana, Kentucky y West Virginia, en adición a los tres estados anteriores. Y esto ocurrió después de que el presidente Eisenhower apoyó una sentencia de la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos en 1954, conocida como Brown versus Board of Education que integró racialmente las escuelas públicas, donde el presidente envió las tropas de la Guardia Nacional 101 Airbone a Little Rock Central High School en Arkansas para hacer cumplir la sentencia de la Suprema Corte de Justicia.  

El segundo mito es que los demócratas del Sur enojados por la aprobación del Acta de los Derechos Civiles de 1964 cambiaron de partido y se fueron al Partido Republicano. La realidad es que de los 21 senadores demócratas que votaron en contra del Acta de los Derechos Civiles, sólo uno pasó al Partido Republicano. Los restantes 20 senadores continuaron siendo electos como demócratas o fueron reemplazados por otros demócratas. En promedio, esas 20 curules en el Senado estadounidense no pasaron a manos republicanas hasta dos décadas y media después.

El tercer mito es que, desde la implementación de la Estrategia del Sur, los republicanos han dominado políticamente el Sur de los Estados Unidos. La realidad es que Richard Nixon, el que la prensa liberal acusa de crear la Estrategia del Sur, perdió el llamado Sur profundo en las elecciones presidenciales de 1968. En contraste, Jimmy Carter ganó el Sur profundo en las elecciones presidenciales de 1976, 12 años después de la aprobación del Acta de los Derechos Civiles de 1964. En 1992, el demócrata Bill Clinton ganó los estados de Georgia, Louisiana, Arkansas, Tennessee, Kentucky y West Virginia. De hecho, los republicanos no obtuvieron mayoría en las curules congresuales pertenecientes a los estados del Sur hasta las elecciones legislativas de 1994, donde los republicanos tomaron el control del Congreso con su lema de campaña “Un nuevo contrato para América,” esto ocurrió 30 años después de que se aprobara el Acta de los Derechos Civiles.

El politólogo estadounidense Kevin Williamson escribió para el diario especializado National Review lo siguiente: “Sí los campesinos blancos racistas desecharon a los demócratas por la aprobación del Acta de los Derechos Civiles de 1964, es extraño que hayan esperado hasta a finales de la década de los 80 y principios de la década de los 90 para hacerlo. Dicen que las cosas fluyen más lento en el Sur, pero no tan lento.” La pregunta del millón de dólares es: ¿Qué realmente sucedió, por qué los estados del Sur votan de forma abrumadora por los republicanos? La respuesta a esta interrogante es la siguiente, y es que el Sur en sí mismo ha cambiado, ya que sus valores han cambiado. El racismo que una vez definió los valores endémicos de esta región, ya no existen. Los valores culturales que predican los estados del sur en el día de hoy son conservadores: Amor a la vida, derecho al porte de armas y abogan por un rol limitado del Gobierno federal. La realidad es que los blancos conservadores sureños son más propensos a votar por afroamericano que enarbole los valores conservadores, como el Senador Tim Scott un senador afroamericano de Carolina del Sur antes que apoyar a un blanco liberal.

Como sucede en otras regiones de los Estados Unidos, el Sur vota por los candidatos y el partido que represente sus valores, no por el color de piel. El mito de utilizar la teoría de “La Estrategia del Sur,” no es más que una excusa por parte de los demócratas para justificar las causas de sus derrotas en el Sur del país, y que utilizan para estigmatizar a los republicanos de racistas. La verdadera historia es que el Partido Demócrata no representa los valores de esa región del país.   

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