OPINION: Alcaldía por Senado. Por Pedro M. Casals

“Los artistas mienten para decir la verdad; los políticos mienten para ocultarla.”

Muchos no entienden que en la Real Politik el pragmatismo reina. No se hace lo conveniente, sino lo necesario. El escenario político –luego de la fractura del PLD- ha cambiado abruptamente. Lo que antes se consideraba una lucha exclusiva entre la diada; hoy no es así, han surgido nuevos actores que obligan a reconfigurar fuerzas.

Mejor ejemplo de lo suprareferido es el Distrito Nacional. El oficialismo –lo he dicho en mis intervenciones públicas- esta enfocado y concentrado en mantener mayoría en el Senado. Chinos han aconsejado bien. Si controlas a quien fiscalice la justicia; no necesitas la presidencia.

En el próximo cuatrenio, se producirán reformas estructurales al sistema de justicia dominicano. Nueva configuración del CNM; designaciones jueces del CPJ y elección del PGR. Todas estas “novedades” serán atribuciones exclusivas del Senado. Por eso, quien controle el senado, podrá elegir a un procurador “independiente”.

En ese contexto, ambos partidos han realizado diversos estudios de opinión. Ambos saben que pueden ganar la plaza del contrario. PLD puede arrebatar alcaldía al PRM; y PRM puede sustraerle la senaduría del Distrito Nacional al PLD. Es en ese esquema que ambos calcularon costo/beneficio de intercambiar dichas plazas.

Panorama no está claro

Balance no fue positivo. PRM no puede darse el lujo de perder la principal alcaldía del país. RD$5,000 millones al año y más de 1000 empleos; y el PLD no puede arriesgarse a ceder la principal curul del Senado, que por si sola, casi siempre conlleva presidencia de dicho órgano.

Además de los beneficios colaterales que adornan dicho cálculo; Hipólito evitaría la gran sombra que opacaría a su protegido David Collado si Faride llega al Senado; y Luis Abinader no tendría una posible quinta columna de la “sociedad civil” atacando desde el Senado su próximo gobierno.

Hipólito conoce la cercanía de los Raful con Leonel Fernández y no es algo de su agrado, por eso de que, el amigo de mi enemigo, es mi enemigo. Luis conoce en carne propia lo que es tener un “rebelde” o “independiente” entre sus filas, que después de “subirlo” se olvidan –igual que Ícaro- quien les presto las alas.

Ambos saben que en este país; los liderazgos no se delegan ni endosan. Se construyen y conquistan. Y en ambos casos; implican grandes sacrificios.

El que entendió; entendió.

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