OPINION: Con Eddy Olivares. Por Juan TH

La hermandad que mantengo con Eddy Olivares desde hace años me obliga a escribir este artículo, pero sin decir nada en lo que no crea o esté absolutamente convencido.

No descalifico a ninguna persona por su condición política, económica, religiosa, color de piel o preferencia sexual. Cada quien es dueño de sus actos y debe pagar las consecuencias cuando se coloque de espalda a la Constitución, las leyes y los preceptos éticos y morales que deben normar toda sociedad. Son sus acciones las que descalifican a una persona, incluso para estar viva.

Eddy Olivares puede ocupar cualquier cargo en el país, incluso el de presidente de la República, según lo establece la Constitución, que le otorga el derecho inalienable de “elegir y ser elegible”.

Negarle ese derecho fundamental, es violar la Carta Magna, que es precisamente lo que está haciendo el sector de la “Sociedad Civil”, principalmente Participación Ciudadana, que presiona en los medios de comunicación para que en su lugar se escoja a un “independiente”, como si la experiencia con los “notables” no ha sido lo suficientemente traumática.

Olivares ha ocupado cargos diversos en el Estado: secretario general del Ayuntamiento de Santo Domingo antes de la división territorial, primer Fiscal de la provincia del Gran Santo Domingo y diez años como miembro del Pleno de la Junta Central Electoral, siendo en todo momento, dirigente, primero del PRD y luego del PRM, sin tener que avergonzarse.

Los que deben avergonzarse son los traidores y simuladores. Y Eddy no es ninguna de las dos cosas.

Nunca su nombre ha estado relacionado con actos de corrupción o indelicadeza. Está limpio. Puede tirar la primera y hasta la segunda piedra.

Nadie lo puede señalar con el índice acusador. Es un intelectual del derecho, con especialidades diversas. Ha sido observador electoral de todos los procesos de América Latina durante todo ese tiempo.

No creo que el país tenga en estos momentos, un técnico de sus condiciones profesionales y morales, sin dejar su militancia partidaria.

Oponerse a que sea presidente de la JCE es incomprensible. Nada legal se lo impide.

Viví en carne propia la experiencia de Eddy con un cáncer que amenazaba su vida. Luchó como un gladiador contra el cáncer hasta vencerlo, pero sin dejar nunca sus responsabilidades políticas partidarias.

¿Y ahora le pagan diciéndole que no puede ocupar un puesto porque es dirigente del PRM, partido al que contribuyó para que llegara al poder? ¿Es justo?

No lo entiendo.

Nunca me han gustado los impolutos, los honorables más que los demás, que no militan, no se organizan en partido porque la “política es muy sucia”, pero le aceptan a los políticos los cargos que ellos ganan con su lucha.

Me gusta la gente que participa, que milita, que arriesga el pellejo, que pone el pecho, que tiene un compromiso con sus ideas, con su partido y con su país.

No me gustan, repito, los “independientes” que no se la juegan, que no arriesgan nada, que esperan que les regalen el puesto porque se consideran indispensables. (Los mangos bajitos)

El mensaje que le estamos enviando a la sociedad es que ser político es malo, un delito, casi un crimen.

Le están diciendo a los jóvenes que no militen, que no se inscriban en ningún partido, que no hagan suya una ideología, que es mejor mantenerse al margen, inscribirse en una vaina amorfa que se llama “Sociedad Civil” para ir a la Plaza de la Bandera como carne sin ojo.

Participación Ciudadana y sus voceros en los medios de comunicación dicen defender la institucionalidad y la Constitución.

Me pregunto, ¿cómo es posible entonces que les piden al presidente de la República, jefe del Poder Ejecutivo, no del Congreso, que impida que Olivares o cualquier otra persona vaya a la Junta Central Electoral, cuándo esa es facultad exclusiva del Senado de la República? ¿No está insistiendo en la vulnerabilidad o resquebrajamiento de la institucionalidad que alegan defienden? ¿O es según determinados intereses?

Lo que importa, no es si usted es miembro o dirigente de un partido, si es de la “Sociedad Civil” o militar, lo que importa es si usted es serio, si ha mantenido una conducta ejemplar, si no lo pueden acusar de pedófilo, bígamo, degenerado, corrupto, delincuente, violador, narcotraficante o asesino.

Si usted es un ciudadano ejemplar, no importa el partido al que pertenezca, tiene derechos que nadie le puede inculcar. ¿O no es así?

No descalifico a nadie, pero creo que Eddy Olivares es garantía de pulcritud y transparencia, incapaz de vulnerar la Constitución y las leyes porque estoy convencido que no haría nada que manche su buen nombre, ni que perjudique al pueblo al que le ha servido dignamente desde que era prácticamente un adolecente en San Francisco de Macorís, donde ambos nacimos.

(El sentido de amistad, hermandad y solidaridad me obligan a respaldar su candidatura sabiendo que se trata de un hombre bueno, capaz y honrado. Si alguien no está de acuerdo que diga, de frente, los motivos reales, los que aún no se ven)

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