Donald Trump ha sido el jefe del ejecutivo de este país durante más de tres años, y ha demostrado ser un gran presidente en muchos sentidos, pero lamentablemente ha demostrado ser incapaz de limpiar el pantano. Al menos identificó la existencia del pantano, y está luchando contra su esfuerzo por tragárselo. Pero ha demostrado que, a pesar del glorioso eslogan que inspiró, no puede drenar el pantano. Ni uno solo de ese lodo en el pantano ha sido llevado ante la justicia.
Hay algo tan malo en una sociedad que tolera un doble estándar de justicia, dos estándares para todo. Por un lado, los conservadores políticos albergamos sentimientos profundamente profundos, pero no destruimos las vidas de las personas basados en políticas abstractas. Sí, nos oponemos a ellos y los exponemos, y esperamos que la sociedad y la historia contemporáneas los juzguen por el mal que representan. Pero no los destruimos sus vidas. Se salen con la suya. Hillary Clinton desvió 33,000 correos electrónicos en medio de una investigación federal, un delito federal que siempre termina en prisión, pero no para ella. Es un delito federal mentir bajo juramento al Congreso. Comey, Clapper, Brennan, ¿cómo han evitado evitar todo este tiempo escapar de la prisión? Strzok, Page, todos ellos. Adam Schiff. Los valores atípicos en el equipo de Mueller. Ni un solo lodo de este pantano ha sido llevado ante la justicia.
Estos animales destruyeron la vida del teniente general Michael Flynn. Lo llevaron a tal ruina financiera que tuvo que vender su casa para pagar sus facturas legales. Fueron tras un buen chico, Nick Sandmann, y lo convirtieron cruelmente en el rostro del racismo. Su propia diócesis católica en el este de Kentucky lo vendió y vendió a todos los niños que lo acompañaron ese fatídico día en Washington, D.C., cuando fue acosado por un indio en mal estado. E hicieron todo lo posible para destruir a Brett Kavanaugh, un buen hombre, un hombre de familia, un hombre que ha dedicado tiempo a lo largo de su vida a su iglesia y a la necesidad de su comunidad… Los mentirosos destruyen con impunidad porque saben que siempre se saldrán con la suya…
Si la izquierda realmente creía en la verdad de las consignas que cantaban en su fallido esfuerzo por destruir al juez Kavanaugh, ¿alguien realmente cree que Biden todavía estaría de pie hoy? ¿Alguien realmente cree que Sonia Sotomayor no podría haber sido completamente destruida en el momento de su nominación si fuera conservadora? Si los medios de comunicación no fueran una división del Partido Demócrata, ¿alguien duda que el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, hoy hubiera sido forzado a dejar el cargo como sus predecesores inmediatos, Eliot Spitzer y David Paterson, solo por presidir una catástrofe de salud tan extraordinaria? El Estado de Nueva York representa la mitad de las enfermedades y muertes por coronavirus en todo el país?…
Y, sin embargo, los mismos medios que buscan todos y cada uno de los ángulos para culpar a Trump por no usar una máscara, elogian a Cuomo, quien no solo debe usar una máscara, sino también cambiar sus huellas digitales, someterse a una cirugía plástica para reconfigurar su apariencia y esconderse para vivir su vida… Hay un tiempo para amar y un tiempo para odiar. Este es un momento para odiar.
