OPINIÓN: El mayor propietario inmobiliario de la Ciudad Colonial debió asumir el costo. Por Ubi Rivas

Reflotó un súbito rayo esperanzador en la Cámara de Diputados cuando a priori, se produjo un rechazo a un préstamo por US$90 millones destinado a remozar la Ciudad Colonial, que se difuminó el 27 de noviembre reciente, cuando el nuevo dogal para el país resultó aprobado.

Es otra infamia más de legisladores corruptos que sucumbieron al susurro aurífero de Vicini-INICIA, el mayor propietario inmobiliario de la Ciudad Colonial, que debió asumir el costo de modernizar el sector, Patrimonio Cultural de la Humanidad, conforme resolución de la UNESCO.

Pero Vicini-INICIA, como desde sus orígenes transitó el trayecto más corto, sobre todo, más económico, con el aval oficial, desde su INICIA con el déspota Ulises Heureaux, el terrible Lilís de los fusilamientos “provisionales, hasta que se averigua el caso”, donde Juan Vicini Canepa, garzón y baña perros, inicia el escarpado ascenso financiero con la venia estatal, desde garzón y baña perros, hasta escalar el primer centenario emporio ¿criollo?

Los legisladores que incurrieron en felonía a los sagrados intereses patrios, antepusieron sus espurios intereses personales a los del país, demostración reiterativa de que no representan a quienes les otorgaron sus curules, por cual serán removidos por sus electores en los comicios 2020, que supondrá un vuelco conceptual ético de 180 grados con referencia al pútrido hoy.

Esos legisladores desertores de la ética y los principios duartianos obviaron la cota de US$44 mil millones que los desgobiernos del PLD han colocado los compromisos nacionales externos, que en su momento tendrá que ser, para escarmiento y aleccionamiento, de la condigna condena moral, merecedor del paredón de la historia. Incluyendo a estos legisladores corruptos.

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