OPINION: El primer opositor de los globalistas. Por Carlos Encarnación

Según el Génesis, primer libro del pentateuco, en su versículo 6 del onceavo capítulo, Dios mismo constató que la humanidad era un solo pueblo, que este pueblo hablaba una sola lengua.

En los versículos previos se puede apreciar, que “en ese momento se hablaba un solo idioma en toda la tierra”; que ese pueblo, en su proceso migratorio, había encontrado un lugar idóneo para asentarse, una llanura; que este pueblo empezó a utilizar nuevas tecnologías, cambiaron la piedra por el ladrillo, el asfalto por la mezcla; este pueblo tenía un plan, construir una ciudad y una torre hasta el cielo, también tenían una meta, ser tan famosos que nadie pudiera moverlos de su sitio.

Este relato, aunque antiguo, describe una realidad actual: la globalización. La globalización empezó un proceso de construcción de una cultura global, con el inglés como lengua de uso para las negociaciones internacionales, el comercio, la educación, etc. Los neoliberales usan sus Ciudades Globales, idóneamente ubicadas, como centro de mando de su proyecto. La meta de los globalistas es el control absoluto del mundo, al punto que no puedan ser removidos de sus pedestales.

Pero como sabemos, por los versículos 7 y 8, la reacción de Dios a ver todo esto, fue tan transversal, que él mismo, junto con sus acompañantes, bajó a la tierra a tomar cartas en el asunto. Las medidas que tomó fueron las siguientes: 1- creación de los diversos idiomas, y con estos las nacionalidades. 2- dispersó por el mundo a estos pueblos, ahora en plural. 3- confundirlos para impedir su plan de construir una ciudad, con una torre con acceso al cielo.

¿Cómo entender esto en el contexto actual? Esto se entiende de la siguiente manera: Dios es nacionalista, el padre de las naciones según el relato de Génesis, por tanto el padre y creador de la diversidad. Dios no quiere que la humanidad se convierta en un solo pueblo, por eso los dispersó, para que cada cual esté en su lugar. Dios no quiere hombres con poderes globales inamovibles, por eso los confundió, para impedir la creación de una ciudad para una humanidad uniforme.

Hasta la próxima

Anexo:

Génesis 11:1-9 Nueva Versión Internacional (NVI)

La torre de Babel
11 En ese entonces se hablaba un solo idioma en toda la tierra. 2 Al emigrar al oriente, la gente encontró una llanura en la región de Sinar, y allí se asentaron. 3 Un día se dijeron unos a otros: «Vamos a hacer ladrillos, y a cocerlos al fuego». Fue así como usaron ladrillos en vez de piedras, y asfalto en vez de mezcla. 4 Luego dijeron: «Construyamos una ciudad con una torre que llegue hasta el cielo. De ese modo nos haremos famosos y evitaremos ser dispersados por toda la tierra».

5 Pero el Señor bajó para observar la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo, 6 y se dijo: «Todos forman un solo pueblo y hablan un solo idioma; esto es solo el comienzo de sus obras, y todo lo que se propongan lo podrán lograr. 7 Será mejor que bajemos a confundir su idioma, para que ya no se entiendan entre ellos mismos».

8 De esta manera el Señor los dispersó desde allí por toda la tierra, y por lo tanto dejaron de construir la ciudad. 9 Por eso a la ciudad se le llamó Babel,[a] porque fue allí donde el Señor confundió el idioma de toda la gente de la tierra, y de donde los dispersó por todo el mundo.

Footnotes:

a- 11:9 En hebreo, Babel suena como el verbo que significa confundir.

Nueva Versión Internacional (NVI)
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