OPINIÓN: La lucha contra la conspiración perpetua. Por Robert Cabral

La actividad patriótica y nacionalista, desarrollada en Santiago, en apoyo a las firmes políticas, y acciones del Alcalde Abel Martínez, en defensa del patrimonio municipal, de los parques y áreas verdes, es correcta, es válida, y es necesaria.

Todavía estamos recibiendo llamadas y notas de todo el mundo en apoyo de la misma. Y la gente se sigue sumando a este apoyo. Las redes hablan y nos revelan el entusiasmo de un pueblo ávido de que sus dirigentes públicos asuman el compromiso con la historia.

Más de 100 personas no pudieron asistir tanto por razones personales, como por falta de transporte. Pero han estado difundiendo toda la actividad, que esta copando todas las redes. El entusiasmo es creciente.

Y está actividad nos demuestra, que nuestra unidad es, nuestra fortaleza.

La gente ha escuchado nuestros mensajes, y han salido a apoyar, de manera espontánea y cálida, a Abel Martínez. Y lo merece. Aquí no cabe la mezquindad, sino todo lo contrario, nuestro apoyo y respaldo entusiasta, noble, y militante. Como tiene que hacerlo todo patriota con los que defienden su causa, la causa de la libertad.

Sus declaraciones y acciones han sido claras y contundentes, en defensa eficiente de la dominicanidad, en momentos en que otros huyen y se escurren entre las sombras miserables.

Esta posición adoptada por Martínez, no es nueva ni es casual. Es una línea de conducta pública que viene ejerciendo, desde temprano en el 2015, 2016, como Diputado y como Presidente de la Cámara de Diputados.

Luego, como Síndico, implementó políticas de carácter patrióticas, en clara defensa del ornato público, del patrimonio municipal, y de ordenamiento espacial y territorial, en defensa de los derechos de los municipes, y en claro y legítimo ejercicio del cumplimiento de la ley.

Martínez, lejos de ser cuestionado o atacado, con la ferocidad que lo ha hecho el Lobby pro haitiano y mediático, lo que debe es, ser emulado por todos los municipios del país, y adoptar sus acciones, como una política municipal de conjunto a nivel nacional.

Es lo que demanda el pueblo dominicano. O acaso, no son los síndicos representantes populares, que se deben a sus comunidades?

Esta actividad fue masiva, entusiasta y unitaria. Y fue una demostración de coherencia, de fuerza moral y popular de los ciudadanos patriotas que defendemos la causa nacional.

Esta acción de apoyo a Martínez, es válida estratégicamente, para los nacionalistas, como lo es el repudio masivo que esta generado el nombramiento de Wilfredo Lozano, frente al INM-RD.

Que defiende el nacionalismo, cuáles son nuestros valores fundamentales, y nuestra razón de ser?

Primero y antes que nada, el Legado histórico, Trinitario, Restaurador, y Soberanista, de nuestras luchas de emancipación, de independencia, y de soberanía, hasta proclamar la República, como entidad humana, moral, política, geográfica, cultural, y moral:RD.

Nuestra lucha no es la «tierra arrasada». Nuestra lucha no es la destrucción del Estado Nacional, ni los poderes públicos. No!

Nuestra lucha es, por revertir todo cuanto se ha hecho en contra del legado nacional y de nuestra irreductible soberanía nacional hoy, real y efectivamente amenazada muy gravemente.

Los nacionalistas tenemos que definir el objeto y sentido de nuestras estrategias, sin diluir ni dispersar nuestros objetivos.

Hay dos grandes líneas que atender, en este contexto: la cuestión geopolitica, hoy global que nos amenaza, y la cuestión del poder interno, que tenemos que observar e incidir en sus procesos institucionales.

El nacionalismo no ha podido cuajar una opción de poder. Las precarias propuestas, terminaron en fiasco. Por razones y motivos diversos.

Los acuciantes problemas de la patria nos convocan, a definir acciones prácticas de como afrontar estos graves desafíos.

Tenemos una Agenda de políticas públicas gubernamentales, de carácter patriótico y soberanista, eficientes.

El nacionalismo tiene solución al problema nacional.

Tenemos que precisar una clara, efectiva y razonada, política de alianzas tácticas y estratégicas, de poder.

Tenemos un pueblo que nos apoya, y nos alienta.

Tenemos la razón, y la verdad histórica.

Si Abel Martínez, mantiene esa firme postura, que sostiene como una praxis pública, tenemos que apoyarlo y defenderlo. Esta haciendo lo que muchos, ni hicieron, ni están haciendo.

No es casual que emergiera una voz viril y templada, en defensa de la patria. Hay un hilo que conduce la historia.

Nosotros los dominicanos, hemos sido los protagonistas de nuestra propia historia.

Que sea la historia la que nos dicte el camino. Mientras, pues, hagamos el trabajo, con tesón, y sin descanso. La patria no puede esperar.

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