Sin ton ni son el gobierno danilista aparece censurando canciones del repertorio musical urbano tanto de aquí como de fuera. Lo hace a través de una resolución, la 001-2018, de la denominada Comisión de Espectáculos Públicos.
Los censores pretenden una prohibición imposible sobre la base de que los temas censurados van “contra la moral y las buenas costumbres del pueblo dominicano”.
Para ello se agarran de las palabras y los movimientos sexuales escenificados en los videos, dicen que su interés es proteger la niñez y hasta a los adultos de la “vulgaridad” de una vieja Fefa moviendo su culo tembloroso.
Vaya fascinación de coger el rábano por las hojas. Piezas musicales tarareadas, bailadas y gozadas por las nietas de los mismos funcionarios muchos de los cuales también dados al perreo, las drogas y el sexo no convencional.
Al “prohibir” que suenen en la radio y la televisión del patio los temas “Ven menéate” de Fefita la Grande y El Mayor, “Me subo arriba” la Insuperable, “Nunca me amó”, “Si tu novio te deja sola” Ft Bad Bunny – J. Balvin – Ozuna, “Limonada coco” de Lápiz Consciente, entre otros, el gobierno dominicano pretende censurar el mundo con argumentos que más que racionales parecen una mezcla tóxica de desfase cultural, ignorancia y tabú psicosexual.
Nada más “fuera del cuerpo” y que raya en lo ridículo, la música urbana circula en internet por ser el espacio vital de la industria cultural actual, un espacio que el PLD ha hecho todo lo posible por controlar y que no ha podido por el hecho de que el mismo sobrepasa los linderos de la isla.
El mundo urbano dominicano no está aislado, forma parte de la red en un tiempo real y social de códigos muy diversos que dan lugar al mundo virtual en el que se conectan y expresan grandes poblaciones humanas y poshumanas.
La aparición del gobierno prohibiendo gustos musicales se asemeja a un performance fantasmagórico, signo de una decadencia institucional donde predomina el morbo de las grandes fortunas robadas al Estado, la estética trujillista y la desconexión cultural de lo contemporáneo.
Ese es el suelo abonado por el PLD y sus aliados, donde lo políticamente correcto se superpone y se programa desde unas entidades culturales atemporales.
Herencia, taras, prejuicios y un coctel de atraso mental en el gobierno nos empujan a salirnos del mundo. Pero por suerte se trata, como se dijo, de algo imposible ¿cómo prohibir el gozo, el gusto y la pulsión sexual de la gente? Los tiempos de Balaguer y su guardia con el tolete quedaron atrás.
Comisión de espectáculos públicos y radiofonía
Funciona aún bajo la ley creada por la dictadura de Trujillo en 1949 (Ley 1951) modificada en su Reglamento 824 en 1971, y también en 2005 mediante el decreto 301-05 de Leonel Fernández, quien la puso al amparo del Ministerio de Cultura.
