OPINION: Las buenas intenciones y los intereses en la política. Por Sheiner Adames

Todos hemos escuchado alguna vez, la vieja frase de que el camino del infierno está lleno de buenas intenciones, esto a propósito del torneo electoral que se avecina el 16 de febrero con la elección de alcaldes y regidores, debe movernos a reflexionar sobre los hilos del poder que se mueven alrededor de ciertas candidaturas.

En política, no basta que usted sea un gurú de la administración y gestión pública, ni tampoco que sea un filantropo en términos sociales, sino que también tenga una hoja de servicio aunada a un perfil que permita al elector discernir entre lo que usted ofrece y lo que puede realmente hacer si sale finalmente ganador de la posición a la que aspira.

Por eso hay que ser cuidadosos a la hora de elegir personas que se venden como la mejor propuesta, que incluso a veces la tienen (en papeles), pero que sus intereses de grupo, son muy disímiles a las necesidades del pueblo y a esos panfletos vacíos que presenta como programa de gobierno o de gestión.

Será imposible para cualquier alcalde o regidor que salga electo actuar contrario a los intereses creados en torno a su candidatura, porque no tiene independencia, puede perder hasta su vida, hemos visto ejemplos en la caverna política que es nuestro país.

Por eso lo más importante a la hora de elegir un candidato no es fijarse en sus propuestas, solamente, como si esto por si solo garantizará una buena gestión, no, al contrario, lo más importante es descubrir los intereses que se tejen alrededor de ciertas candidaturas, porque son estos, y no sus propuestas o intenciones, quienes gobernarán el accionar de ese candidato o funcionario electo.

De nada te sirve tener buenas propuestas o intenciones, si los intereses que están detrás de ti son contrarios, disímiles y antagónicos a las mismas.

Mucho cuidado ciudadanos electores de la República Dominicana con elegir mansos corderos u ovejas disfrazados cuando en realidad son lobos feroces al servicio de los peores intereses, aquellos quienes visualizan la política como mecanismo de acumulación originaria, que además permite y fomenta el mantenimiento del status quo, esos, no te ofrecen ninguna posibilidad real de cambio.

El autor es abogado, político, comunicador y profesor universitario.

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