Estados Unidos. Han pasado casi tres años desde Steve Bannon, ex estratega jefe del presidente, abandonó la Casa Blanca y ya no escuchamos mucho sobre él. Pero su legado está muy vivo, como lo demuestra la » deconstrucción del estado de administración » que prometió Donald Trump entregaría.
Mientras la furia por el asesinato de George Floyd se desarrolla en el contexto de la pandemia de coronavirus, el desempleo histórico y una ola creciente de bancarrotas , el presidente libra una guerra en nuestras instituciones. Esta guerra, extranjera y nacional, ha sido un gran éxito. Y estos desarrollos nos dejan debilitados y a merced de un control centralizado cada vez mayor en manos de Donald Trump, un peligro particular dado que carece del conocimiento y el respeto de estas instituciones para ver su valor y necesidad.
Trump ha sido el recipiente perfecto para la visión de Bannon de destruir la infraestructura global, tomar el poder y solidificar el control.
Cuanto más débiles estamos en el escenario internacional, más aislados nos volvemos. Combinado con políticas antiinmigrantes y una erosión constante de la fe en instituciones protectoras como el FBI, el espectro del aumento del poder centralizado en el poder ejecutivo es un resultado inevitable. Este vacío de poder que solo Trump puede llenar se adapta a la visión del mundo de Bannon a una T.
Algunos ejemplos son ilustrativos.
El anuncio reciente y precipitada de Trump que Estados Unidos se retiraba de la Organización Mundial de la Salud en medio de una pandemia mundial ha sacudido los expertos en salud pública y los políticos por igual. Megan Doherty, directora sénior de política y defensa de Mercy Corps y ex directora del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca para África del Norte durante el gobierno de Obama, comentó : “Esta es la medida más contraproducente en medio de una crisis de salud mundial. En lugares con una infraestructura de salud deficiente que no tiene una presencia fuerte existente, esto está creando un vacío que no podemos llenar ”.
La medida podría amenazar el destino de los programas de vacunación en un momento en que estamos en una carrera para encontrar una vacuna para COVID-19. Podría poner en peligro otros programas de vacunas, incluida la respuesta a la poliomielitis y el ébola, así como «otras mil tareas de salud global que los Estados Unidos dependen de la OMS para realizar», dijo Jeremy Konyndyk, del Centro para el Desarrollo Global.
La función esencial que cumple la OMS parece estar perdida en Trump. Sin embargo, este movimiento sigue una línea de tendencia clara. Una de las primeras acciones que tomó como presidente fue sacar a Estados Unidos de la Asociación Transpacífica, un acuerdo entre más de 10 países que obligaría a China a cumplir con normas comerciales ambiciosas. A pesar de las duras conversaciones de Trump sobre limitar el poder de China, «la decisión de Estados Unidos de no unirse al pacto que tanto había hecho para lograr ha aliviado la presión sobre China para reformar mientras penaliza a los exportadores estadounidenses que buscan vender a los miembros del nuevo pacto». argumenta Richard Haass , presidente del Consejo de Relaciones Exteriores.
Trump también ha anunciado que Estados Unidos abandonará el Tratado de Cielos Abiertos, que permite vuelos de observación sobre instalaciones militares. La administración argumenta que Rusia ha violado el tratado, lo cual puede ser cierto, pero no sorprende que seamos el único participante occidental que se retira . Los ministerios de Asuntos Exteriores de Bélgica, la República Checa, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Luxemburgo, los Países Bajos, España y Suecia dijeron que continuarían implementando el acuerdo como «un elemento crucial del marco de fomento de la confianza creado en el pasado décadas para mejorar la transparencia y la seguridad en toda la zona euroatlántica «.
Con demasiada frecuencia, las decisiones de Trump se analizan como reacciones desquiciadas y bruscas ante una ligera noción percibida o alguna noción de cockamamie que ha desarrollado. Pero cuando observa estas acciones a la luz de la doctrina de Bannon para deconstruir el orden mundial, las decisiones de Trump tienen mucho sentido. Además, es el recipiente ideal para esta visión. Está ansioso por reclamar el poder, constitucionalmente permitido o no, experto en intimidación, y no demasiado moralmente esposado para mentir impunemente.
Comprender que los desafíos globales requieren soluciones globales es un requisito para cualquier presidente. También es la versión adulta de comprender que el trabajo en equipo tiene valor. Hacer frente a los desafíos internacionales sin aliados es inútil.
A menos que la intención no sea abordar los desafíos internacionales en absoluto, como aparentemente Bannon lo tendría.
Jessica Tarlov es jefa de investigación en Bustle Digital Group y colaboradora de Fox News. Ella obtuvo su Ph.D. en la London School of Economics en ciencias políticas. Síguela en Twitter @JessicaTarlov .
