El diálogo nacional convocado por Abinader mas que ser una propuesta del presidente y el partido oficialista de turno es una aspiración suprema de todo un pueblo que desea con ansias que se implementen importantes reformas estructurales a todo el andamiaje institucional y democrático de la nación.
Aquellos líderes u organizaciones políticas convocadas que no asistan a esta iniciativa quedarán evidenciados ante el pueblo dominicano por su falta de compromiso con el fortalecimiento de la institucionalidad democrática en la República Dominicana e inclusive quedarán descalificados para pretender postularse a cargos electivos en futuros procesos electorales.
Esto así ya que como pocas veces antes en la historia prevalece en la sociedad dominicana el convencimiento de que llegó la hora de que el liderazgo político nacional anteponga los intereses de las grandes mayorías que sueñan con una República decente y honesta y dejen a un lado las apetencias coyunturales de pretender socavar el amplio apoyo popular que tiene en este tramo inicial el nuevo gobierno.
Solo a través de las reformas planteadas el país podrá avanzar hasta situarse al menos a niveles respetables de desarrollo institucional que permita garantizar cuestiones fundamentales como lo es la independencia del Ministerio Público y la de los órganos de control y supervisión del manejo que le dan las instituciones a los fondos públicos.
Para esto es necesario reformar la constitución para establecer que el Procurador General de la República pueda ser elegido por el Consejo Nacional de la Magistratura de manera que este no dependa, como sucede actualmente, de la voluntad de un decreto presidencial. Esto permitirá contribuir con el establecimiento de un verdadero e implacable régimen de consecuencias que pudiera fulminar de una vez por todas estos mares de corruptela que tantos sueños dominicanos han ahogado en las últimas décadas.
Lamentablemente nos encontramos en las peores posiciones acorde a recientes estudios de Transparencia Internacional como uno de los países con los mayores niveles de corrupción en la región y en el mundo. Lo cual pudiera ser revertido empezando por blindar los procesos de elección de miembros de instancias claves, quienes muchas veces son elegidos más por sus vínculos y compromisos políticos que por su formación académica y capacidad de articular una buena gestión para beneficio de todos.
Por eso urge que todo el pueblo dominicano apoye este dialogo sugerido por el gobierno para que a través de esta herramienta de discusión democrática se procure alcanzar el mayor consenso posible para el conjunto de reformas planteadas.
