No tengo mejores informaciones sobre el penoso atentando contra David Ortiz que las que, seguramente, ya se conocen.
Ahora, ciertamente existe un índice de criminalidad en el país que resulta alarmante. Aquí, cualquiera puede ser atacado… en cualquier momento.
Eso está haciendo daño, de diferentes maneras, a lo interno de nuestra sociedad y ha estado proyectando una imagen terrible de nuestro país en el exterior.
¡Atreverse alguien a decir que este es un lugar muy seguro, es un descaro de marca mayor! Una burla.
¿Culpamos al gobierno por la situación? Por tener éste la responsabilidad en la seguridad ciudadana, debe ser culpado. Pero, no es el único sector con responsabilidad en el evidente deterioro. No lo es.
Todos los sectores que inciden en nuestra sociedad, todas las personas, hemos fracasado. Iglesias, comunicadores, educadores, artistas, jueces, orientadores, políticos, críticos, criticones, etcétera; somos parte del fracaso. Nada efectivo hemos hecho para evitar que nuestro país se esté yendo a pique.
Habría que replantearse nuevas estrategias, nuevas políticas y nuevos estudios para ver si (a muy largo plazo) encontramos la manera de reciclarnos.
La evidente corrupción en tantos estamentos criollos es, a mi juicio, un factor determinante en la situación en la cual nos encontramos. La drogadicción es otro factor.
Lo policial, en la lucha contra el deterioro social, es muy importante; pero no es lo único. El fenómeno debe ser atado en su verdadera raíz: lo educacional.
Lamentablemente, las soluciones no se ven al doblar de la esquina. Pero, deberíamos empezar a buscarlas con absoluta seriedad, sin populismo y sin politiquería barata.
Mientras, preparémonos para cuando nos toque el próximo asalto o el siguiente atentando.
