Política de Morisquetas en una República Bananera. Por Rafael Olivero

PARTE I

I.
En un lugar remoto, lejano de la civilización, existió una isla. Isla que según historiadores fue divina hasta poco después de caerle una maldición. Dicta la leyenda que antes de desaparecer, monos de laboratorio con apariencia humana y mañas de gato, se empoderaron y autoproclamaron a un líder supremo de dos tercios de la isla. Allí, implementaron un sistema compuesto por tres –cracias. Entre ellas la bestiocracia –que se refería a las bestias en el poder, la idiocracia –que se refería a la idiotez del pueblo, y la cleptocracia –que simbolizaba la maquinaria de estafar al pueblo. El objetivo era claro: idiotizar al pueblo, encadenarlo y beneficiarse de sus recursos. Por igual, la democracia fue prohibida explícitamente y el término fue sacado de los diccionarios por tiempo indefinido.

II.
Cada cierto tiempo los monos elegían un nuevo líder supremo. El mono con mayor morisquetas era elegido unánimemente por los altos monos. El pueblo también podía elegir, pero éste, sumiso, vendía su privilegio por racimo y medio de banana alegando que “no importa quien gane, si todos son monos nos regirán con las mismas morisquetas”.
III.
El líder supremo impuso reglas claras. Entre ellas, ordenó a castigar con mano dura a los rebeldes que protestaban contra el régimen y a quienes se atrevían a robar tan solo las cáscaras de bananas. También, serían premiados los integrantes de su manada que engañaban con las mejores morisquetas al pueblo, debido a que el dinero robado les garantizaba perpetuarse en el poder.

IV.
Pasaron décadas, y el pueblo subyugado, engañado y sumiso permanecía encadenado. Los mecanismos de manipulación eran tan macabros que el pueblo, aún ahorcado por las manos lúgubres del opresor, sostenía la coja creencia de vivir en el paraíso por desconocer la cruda realidad. Los diferentes medios de comunicación eran controlados y sus dueños recompensados con un líquido único de banana embotellada, por propagar falsos criterios distorsionando la información.

V.
Hasta que un día, tembló la tierra: “Vinieron. Ellos tenían las bananas, nosotros teníamos el pueblo. Al final, nosotros teníamos las bananas, y ellos tenían el pueblo” –rezaban las palabras de aquellos valientes decididos, poco antes de hundirse la República Bananera.
Continuará…

Rafael Olivero – 5 de marzo 2017, Den Haag

Comentarios con Facebook

También te va a interesar

Nacionales

Leonardo Jaquez ve positivo gobierno norteamericano reconozca esfuerzos de la República Dominicana para combatir narcotráfico y corrupción pública

Santo Domingo. El comunicador y abogado Leonardo Jaquez consideró positivo para la República Dominicana que el gobierno norteamericano de manera pública y por las vías diplomáticas establecidas reconozca los esfuerzos que realiza el presidente Abinader […]