Es el momento de que la presión social se exprese en torno a la renuncia de Danilo Medina, significante con el potencial de constituirse en la puerta de entrada al cuestionamiento de la legitimidad de las recién pasadas elecciones y con ello al sistema como lo nombran algunos, al orden constituido como lo llaman otros o a la mafia gobernante como hablan los más radicales.
Si la presión política de la Marcha Verde, que de eso se trata, no abre canales que potencien la ciudadanía como sujeto político adversarial del poder peledeísta entonces estaríamos y seguiríamos en lo mismo que hemos estado durante mucho tiempo, atajando para que otro enlace.
Odebrecht ha sido el factor que hizo visible la manera en que estos gobiernos han estado usurpando la soberanía popular, y ese factor ha puesto en evidencia el profundo deterioro que arrastra el ensayo democrático iniciado en 1978 con el corte del régimen balaguerista de los 12 años, al que contradictoriamente ha regresado la sociedad dominicana con la era del PLD.
Ante las evidencias de lo real el sujeto ciudadano no puede asumir una posición reducida a lo legal-institucional que posibilite al gobierno manejarse en los términos que ha estado haciéndolo desde que estalló la bomba de Odebrecht lanzada desde Brasil.
¿Cuáles pruebas más debemos esperar para actuar y demandar la sustitución del Presidente de la República y sus funcionarios aupados por una corporación mafiosa internacional, y electos en un proceso electoral irregular?
¿Alguien entiende que quienes firman el libro verde, de los que van a las marchas, de quienes se quedan en casa con todo el deseo de participar no tienen el suficiente conocimiento de lo que está ocurriendo en nuestro país con la práctica corrupta y la protección gubernamental de los delincuentes?
¿Es que esas firmas, esa participación y esos deseos solo obedecen a un interés de protagonismo de la persona que firma o que la participación masiva en las marchas es solo una manera de divertirse cada quien con sus amistades cercanas solo para decir: “Yo estuve ahí”?
¿Puede pensarse que las personas que participan y o aquellas que expresan su descontento en una conversación casual y que preguntan ¿qué va a hacer la Marcha Verde ahora? no tienen en la cabeza la idea de lo que está pasando? ¿Las consecuencias de una decisión?
Pedir la renuncia del Presidente es una voz activa que puede ayudar a levantar la autoestima de la ciudadanía, todas y todos sabemos que las marchas por muy masivas que sean no bastan, que el terreno donde combatimos es el de los discursos y que solo contamos con nuestra voz para hacernos escuchar y nuestros cuerpos para hacernos sentir.
La voz y el cuerpo de la ciudadanía se vienen expresando con sobrada fuerza desde el 22 de enero y la burla oficial ha sido la constante hasta hoy. Entonces: ¿Qué y porqué se espera?
