En su primera presentación luego de dejar la Casa Blanca, el expresidente Barack Obama, conversando con un grupo de estudiantes, les dijo que lo más importante que podía hacer como ciudadano era “preparar a las nuevas generaciones para el liderazgo”.
Esta afirmación nos mueve a una reflexión sobre lo que estamos haciendo en nuestro país con las nuevas generaciones.
¿Para qué estamos formando a la juventud dominicana? ¿Qué ejemplo le estamos dando a los miles de jóvenes que esperan alguna orientación, pero sobre todo, de un ejemplo para encauzar sus vidas? ¿Cuáles valores estamos promoviendo entre ellos? ¿Están nuestras élites empresariales, profesionales, religiosas y políticas comprometidas con ayudar a construir una nueva sociedad dominicana, o simplemente están viviendo el presente? ¿Cuántos y cuáles de los ideales de los fundadores de nuestro país están todavía vigentes y cuáles necesitan ser adaptados a las nuevas realidades? ¿Cuáles son los héroes modernos que podemos presentar a nuestra juventud? ¿Les estamos ofreciendo esperanzas de un futuro mejor a través del compromiso con un conjunto de valores perdurables que ellos puedan también pasar a sus hijos?
Y sigo preguntando si estamos conscientes de que el desorden que le estamos legando a nuestros hijos en el tránsito, en la desprotección a la naturaleza, en la desobediencia a la ley, en el irrespeto a las instituciones, es la forma más expedita de destruir nuestra nación y matarles la esperanza. ¿Somos buenos padres y modelos cuando no somos capaces de sacrificarnos para organizar a este país? Me doy por satisfecho si este mensaje llega a la conciencia de algunos.
