Por Leonardo Jaquez
Cuando la sociedad dominicana sea capaz de elevar la mirada más allá del tiempo presente, avanzaremos.
Cuando la sociedad dominicana asuma compromisos comunes y obligue a la elite gobernante cumplirlos, avanzaremos.
Cuando la sociedad dominicana empiece a verse a si misma como un colectivo que padece por igual los quebrantos de un modelo de democracia corrupto, abusivo, desigual e incapaz de ni siquiera resolver los problemas más acuciantes, avanzaremos.
Mientras nada de esto ocurra lamentablemente la República Dominicana continuará por los actuales derroteros decadentes, en donde en los más reputados estudios de organismos internacionales aparecemos marcando en rojo como un país donde las mayorías no acceden a servicios públicos de calidad, no tiene garantizada su integridad física y la seguridad de sus bienes, no puede utilizar su vehiculo privado en vías fluidas, y tampoco dispone de un sistema de justicia implacable que imponga sanciones a los políticos corruptos y a todo aquel que constriñe con nuestro ordenamiento jurídico.
