Alta concentración de riquezas atenta contra la estabilidad política y social del país

República Dominicana, una pequeña isla del archipiélago caribeño situada en su centro geográfico, es la primera economía en la zona y el mejor destino para turismo e inversiones, debido al clima prolongado de estabilidad política y social de que goza desde 1978 hasta la fecha.

No obstante, el creciente clima de inseguridad que vive en los dos tercios de isla que comparte con el hermano país de Haití, para muchos es un fenómeno ocasionado por la falta de oportunidades para el desarrollo y crecimiento personal y profesional del cual adolece una enorme cantidad de jóvenes situados entre los 18 a 35 años, los llamados “ninis” o mejor explicado, aquellos que ni trabajan, ni estudian.

Una sociedad con una desbordante población en etapa juvenil y que ésta no posea los medios de inserción adecuados para el mercado laboral pero, que tampoco encuentre los estímulos necesarios para el emprendimiento y la innovación en el sector privado, indudablemente engrosarán la hilera de personas dedicadas a una vida de crimen, como único medio de subsistencia inmediata.

Por eso, llamamos la atención de los grandes empresarios dominicanos y de las autoridades gubernamentales. En vez de seguir garantizándose sus privilegios, deben abocarse a un gran pacto social para mejorar las líneas de distribución de las riquezas y con ello, evitar que la gran concentración de esas riquezas, combinado con serios problemas macroeconómicos, provoque el inicio de un estallido social que se sabe cuándo comienza pero no cuando termina.

Comentarios con Facebook

También te va a interesar