Los hollywoodenses asaltos bancarios realizados en el país en los últimos días pudiese ser un plan conspirativo tendente a la desestabilización de la mínima paz existente en una República Dominicana en la que el partido oficialista se encuentra envuelto en luchas internas en la que un sector procura la preservación del poder mientras el otro procura asaltarlo nuevamente.
Esta lucha la han llevado a todos los estamentos de poder del Estado dominicano. El propio caso de corrupción de Odebrecht que se encuentra en la Suprema Corte de Justicia no ha estado ajeno a esto. Mientras importantes dirigentes del PLD allegados al presidente Medina han sido excluidos e inclusive ni siquiera investigados, por otro lado vemos como, Víctor Díaz Rúa, uno de los principales soportes del proyecto presidencial de Leonel Fernández está siendo imputado y recientemente suspendido temporalmente como secretario de finanzas del partido.
La gravedad de la situación es tal que hay que recordar como la cúpula político-militar del sector que representa Fernández fue colocada en su gran mayoría en la lista negra de los Estados Unidos. Sus visas fueron suspendidas, prohibida la realización de transacciones comerciales con ellos y empresas allegadas y hasta posibles solicitudes de extradición han sido parte de las medidas contundentes que el gobierno norteamericano tomó contra funcionarios y altos jerarcas militares supuestamente vinculados con el narcotráfico y el lavado de activos.
Inclusive se habla del uso de un avión privado para el envío de dólares a varios países de la región para financiar proyectos políticos. El avión según versiones extraoficiales también era utilizado para la transportación de otras cuestiones.
Ese dream team político militar con esos antecedentes es el que se encuentra actualmente dirigiendo el proyecto del presidente Fernández que procura llevarlo al poder en el 2020.
Fue un cartel que se enriqueció a niveles inimaginados y que utilizó las instituciones y los presupuestos públicos para aquilatar una de las mayores fortunas existentes en el país.
Ahora lucen decididos hacer todo cuanto las circunstancias exijan para desestabilizar el actual gobierno de forma que aun quede más despejado el camino que los conduzca nuevamente al poder.
Algunas fuentes no oficiosas plantean la hipótesis de que estos mismos personajes pudiesen estar detrás de los asaltos bancarios realizados a importantes entidades financieras de la República Dominicana.
Fijémonos como el modus operandis de estos atracos ha sido el mismo por lo que resultan altamente creíbles las voces que plantean que fueron realizados por el mismo equipo élite.
Provoca ciertas suspicacias que un wachiman que fue apresado vivo apareciese con un tiro en la cabeza supuestamente provocado por el mismo mientras estaba esposado.
También el hecho de que un contingente policial apareciera en el populoso sector de Los Mina en la casa donde presuntamente se ocultaban los responsables de los atracos, sin la presencia de un fiscal y sin la autorización del Ministerio Público, situación que valida la teoría de que estos al parecer procuraban la eliminación física de los delincuentes.
Pero sorpresivamente fueron enfrentados a plomo limpio por unos delincuentes que hasta portaban la poderosa arma de guerra M-16 la cual llegó a impactar varios de los agentes policiales que, según ha salido a relucir, no pertenecían a la jurisdicción en donde se realizaron los atracos y que tampoco les correspondía la investigación de dichos actos criminales ya que sus funciones eran de otras áreas delictivas.
Todo un manto negro hay en torno a unos asaltos bancarios que han provocado estupor en una sociedad que se muestra cada día más temerosa ante el incremento de los atracos, asaltos y asesinatos violentos en toda la geografía nacional.
La problemática interna del PLD, que en el corto plato no luce resuelta, está afectando seriamente la cotidianidad nacional, el desenvolvimiento de las instituciones y poderes públicos y esta poniendo a prueba los resortes de nuestra débil democracia.
Son dos grupos políticos todopoderosos que están en pugna en procura de aplastarse mutuamente para sobre las cenizas de los caídos erigirse con el poder político en el 2020.
Mientras tanto todo luce indicar que el supuesto muerto no esta muerto y que como bien dicen sus propios acólitos esta vivito y coleando, y al parecer luce tener las energías y poder suficiente para provocar todo un maremoto en la República Dominicana.
