Mientras el presidente Medina niega la entrega del 10% del presupuesto nacional a las alcaldías del país, tal como lo establece la ley, destina millones de pesos para financiar su programa personal denominado «Dominicana Limpia» a través del cual procura suplantar y subyugar los gobiernos municipales.
Para el presupuesto nacional 2019 el gobierno estipuló la entrega de 17,900 mil millones para los cabildos quedándose lejos de los 60 mil millones que deberían ser acorde al 10% de los ingresos que recibiría el gobierno.
Con esto el presidente Medina procuraría subyugar los gobiernos locales de toda la geografía nacional a erogaciones extraordinarias que se puedan hacer desde el poder ejecutivo.
Es un perverso intento por centralizar el gasto público para que todo órgano o institución del estado tenga que pasearse por el Palacio Nacional a mendigar lo que por ley le corresponde.
Inclusive el Poder Judicial también recibiría la puñalada mortal de una reducción de su presupuesto en momentos en que dicho poder exige el incremento ante la creciente demandas y exigencias ciudadanas que hay en los tribunales de la república.
Lamentablemente todo esto será refrendado por un Congreso Nacional que, mas allá de jugar su rol constitucional de contrapeso a los demás poderes públicos, solo funge como sello gomígrafo a todo lo que se emana desde el Poder Ejecutivo.
