El coronavirus posiblemente se originó en los murciélagos, y se propaga muy fácilmente

Los científicos chinos que intentan trabajar a toda velocidad para frenar la propagación de un nuevo coronavirus declararon que el brote generalizado es una epidemia, y revelaron que al menos en sus primeros días, el alcance de la enfermedad se duplicó cada semana.

Al trazar la curva de ese crecimiento exponencial y ejecutarlo a la inversa, los investigadores calcularon que el microbio que enferma a personas en todo el mundo probablemente haya pasado de sujeto a sujeto desde mediados de diciembre de 2019.

Los científicos en China también se están acercando a la fuente del nuevo y agresivo germen: los murciélagos.

Los peludos mamíferos voladores pueden haber sido el huésped original del coronavirus que ahora avanza por el mundo, señala uno de los tres estudios científicos publicados el miércoles. Pero también podría ser otro animal salvaje vendido en el mercado de mariscos Huanan, de la ciudad de Wuhan, el que transmitió el virus a los humanos, que rápidamente comenzaron a transmitirlo a otros a través del contacto cercano.

Los nuevos estudios, que se conocen sólo cinco días después de que los equipos de investigación chinos ofrecieran sus primeros análisis detallados del virus 2019-nCoV, presentan evidencia genética y de otro tipo para sugerir que las autoridades sanitarias chinas probablemente interceptaron el virus poco después de que pasara a los humanos. También respalda la teoría de que ‘algo’ en el mercado de Huanan sirvió como puente para que este cruzara entre murciélagos y humanos.

Dicha evidencia es consistente con las declaraciones públicas del gobierno chino sobre la aparición repentina y la propagación de un virus que ha enfermado hasta 9.000 individuos y se ha cobrado al menos 170 vidas en China y otros seis países. Las autoridades chinas creen que el principal “mercado húmedo” de Wuhan es la cuna del brote, y no tienen evidencia de que el nuevo virus se haya propagado antes en ningún otro lugar.

Los tres nuevos estudios, dos publicados por la revista británica Lancet y un tercero en el New England Journal of Medicine, fueron realizados por científicos que trabajan en China. Y todo se centró en algunos de los primeros pacientes vistos con una neumonía causada por 2019-nCoV.

Uno de los estudios publicados en Lancet probó las conexiones genéticas entre muestras virales tomadas de nueve pacientes infectados, ocho de los cuales habían visitado el mercado de mariscos de Huanan en Wuhan.

El segundo estudio en Lancet recopiló datos sobre la evolución de la enfermedad y los resultados de 99 pacientes infectados que ingresaron en el Hospital Jinyintan, en Wuhan, con síntomas de neumonía.

El estudio del New England Journal of Medicine, realizado por investigadores de la principal agencia de salud pública de China, mapeó la propagación temprana de los casos de neumonía causados ​​por el virus y utilizó los resultados para crear una línea de tiempo de transmisión. Ese rastreo ofreció el indicador más autorizado hasta la fecha de la tasa de crecimiento de la epidemia emergente.

Los nuevos hallazgos subrayan el hecho de que serían necesarias medidas internas muy severas para controlar el rápido virus en China.

Uno de los equipos de investigación calculó que, en sus primeras etapas, la epidemia duplicaba su alcance cada 7.4 días. Esa medida, llamada “intervalo en serie”, refleja el lapso promedio que transcurre desde la aparición de los síntomas en una persona infectada hasta el comienzo de los síntomas en aquellos a quienes infectará. En las primeras fases del brote, se estima que cada individuo infectado que se enfermó contagió a otros 2.2, según el estudio publicado en el New England Journal of Medicine.

Eso hace que el nuevo coronavirus sea tan transmisible como la gripe española de 1918, que mató a 50 millones y se convirtió en la pandemia más mortal en la historia registrada.

La nueva epidemia, sin embargo, se está moviendo más lentamente que la gripe española. Esto se debe a que 2019-nCoV tarda más en provocar tos, fiebre y dificultades respiratorias en una víctima recién infectada.

“Es preocupante que los informes de casos estén aumentando y que lo estén haciendo de forma consistente con una transmisión eficiente de persona a persona”, señaló Derek Cummings, experto en la propagación de enfermedades infecciosas de la Universidad de Florida.

Si bien se necesita saber mucho más sobre la propagación del coronavirus, los primeros números ofrecen una idea del desafío que se avecina, advirtió Cummings.

Para detener el crecimiento de la propagación del virus y permitir que la epidemia se consuma, los funcionarios sanitarios en China deberán reducir en más de la mitad la tasa a la que el germen se transmite de persona a persona. Eso podría hacerse poniendo en cuarentena a cualquiera que esté enfermo, cerrando escuelas, lugares de trabajo o reuniones sociales, o eventualmente mediante la aplicación de una vacuna, que en la actualidad no existe.

Incluso en los escenarios más optimistas, consideró Cumming, “se necesita mucho control”.

Las autoridades de salud pública de China reconocieron esto el miércoles. “Se requerirán esfuerzos considerables para reducir la transmisión y controlar los brotes si se aplican dinámicas similares en otros lugares”, escribió un equipo dirigido por el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, en Beijing, en el New England Journal of Medicine.

Señalaron que reducir la propagación del nuevo virus se hace más difícil por la aparente presencia de muchas infecciones leves. Si no todos los contagiados se enferman gravemente -como pareciera ser-, muchos harán vida normal y propagarán el virus sin siquiera darse cuenta.

El equipo también citó los “recursos limitados para el aislamiento de pacientes y la cuarentena de sus contactos cercanos” como un impedimento.

A pesar de las sospechas provocadas por su manejo sigiloso del brote de SARS en 2003, el gobierno chino insiste en que respondió rápidamente a la aparición del nuevo virus y que no oculta información al público chino ni a la comunidad internacional.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó que China le notificó el 31 de diciembre que la agencia había notado casos de neumonía con causa desconocida en Wuhan. Las autoridades cerraron el Mercado de Mariscos de Huanan el 1º de enero. Eso fue sólo unas dos semanas después de que el virus se contagiara por primera vez a los humanos en Wuhan, si los nuevos cálculos son correctos.

Funcionarios sanitarios en China identificaron el nuevo coronavirus como la causa del brote menos de una semana después, y el 23 de enero, el gobierno bloqueó el transporte desde y hacia Wuhan.

Para detener la expansión de 2019-nCoV, los funcionarios impusieron una cuarentena de tamaño y alcance sin precedentes, anulando también el transporte desde y hacia otras ciudades en la provincia de Hubei, donde se encuentra Wuhan. El controvertido bloqueo afectó a unos 50 millones de personas y fue criticado por ser demasiado amplio pero tardío para contener el virus.

El martes, funcionarios estadounidenses exhortaron a sus pares chinos a compartir sus valiosas muestras biológicas y hallazgos genéticos con los investigadores de EE.UU e internacionales. En cuestión de horas, el gobierno chino pidió a la Organización Mundial de la Salud que enviara expertos internacionales para ayudar con la investigación y la contención de la epidemia.

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