¡Golpe de Estado en el Vaticano!

Ciudad del Vaticano – Una verdadera bomba contra el papa Francisco significó la carta del exnuncio vaticano en Estados Unidos, un conservador que lo acusa de haber encubierto abusos sexuales cometidos por un cardenal estadounidense, ataque que muchos creen orquestado por sus enemigos ultraconservadores.

«No voy a decir una palabra al respecto. Creo que el comunicado de prensa habla por sí mismo», dijo el Pontífice el domingo durante la habitual rueda de prensa en el avión que lo conducía de Irlanda a Roma. «Lean atentamente el comunicado y háganse su propio juicio», añadió.

En la extensa carta, Francisco fue acusado por el exembajador del Vaticano en Washington, el arzobispo Carlo Maria Vigano, de haber anulado las sanciones contra el cardenal estadounidense Theodore McCarrick y de no haber tenido en cuenta los informes sobre su «comportamiento inmoral con seminaristas y sacerdotes».

El cardenal McCarrick, de 88 años, fue acusado a fines de julio de abuso sexual, por lo que el Papa le prohibió ejercer su ministerio y prácticamente lo expulsó del Colegio Cardenalicio al aceptarle su renuncia, un hecho inédito en la historia reciente de la Iglesia.

Vigano, actualmente jubilado, no es nuevo en ese tipo de escándalos. En 2011 fue uno de los que hizo estallar el escándalo de «VatiLeaks» por filtración de documentos reservados de la oficina de Benedicto XVI.

«Se trata de un ataque coordinado contra el papa Francisco», escribió en un editorial el National Catholic Reporter, semanario católico estadounidense.

«Un golpe está en marcha y si los obispos estadounidenses no defienden en bloque al Santo Padre en las próximas veinticuatro horas, se corre riesgo de un cisma», advirtió el editorialista Michael Sean Winters. «Los enemigos de Francisco le declararon la guerra», concluyó.

Para Nicolas Senèze, del diario católico francés La Croix, se pasó a un nivel más alto. «Para algunos, Francisco es peligroso para la misma Iglesia», comentó.

En Italia, el sitio especializado Il Sismografo, que lleva a cabo una reseña de prensa mundial sobre las noticias de la Iglesia, sostiene que se trata más bien de una venganza personal. «La operación fue montada por el exembajador del Vaticano en Washington, una figura oscura, un mentiroso, ambicioso e intrigante», lanzó al recordar que no recibió el título cardenalicio y perdió su elegante residencia dentro del Vaticano.

«Un amargo exempleado que no logró la carrera soñada», recordó National Catholic Reporter, que suele elogiar las posiciones progresistas de Francisco en temas como divorcio y homosexualidad.

«La corrupción llegó a la cima de la jerarquía de la Iglesia», lanzó Vigano, quien pidió sin titubeos la renuncia del Papa argentino.

La once páginas de la carta fueron publicadas el sábado en varias publicaciones católicas de tendencia ultraconservadora de Estados Unidos y por un periódico de derecha italiano.

Un ataque violento lanzado en plena visita del papa Francisco a Irlanda, un país herido por los abusos sexuales y de poder cometidos por décadas por el clero y las instituciones religiosas.

Según Vigano, Benedicto XVI había ya sancionado al cardenal Theodore McCarrick, hacia 2009 o 2010, impidiéndole toda aparición pública, aunque se desconoce la existencia de un documento sobre ello.

El obispo acusa al papa Francisco de haber cancelado de hecho esa sanción y de haberlo rehabilitado como su consejero.

El editor de la revista jesuita América, Matt Malone, publicó como respuesta una serie inquietante de fotos en su cuenta de Twitter que muestran las buenas relaciones que mantenían Benedicto XVI y al cardenal McCarrick.

En la carta, el exnuncio también ataca violentamente la «corriente homosexual» que, según él, domina la alta jerarquía de la Iglesia y divulga una larga lista de nombres además de alimentar la controvertida teoría de que homosexualidad y pedofilia están relacionadas.

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