El historiador y académico Cristobal Perez considero necesario para el fortalecimiento institucional de un país que anda en desbandada, que las fuerzas sociales provoquen una ruptura del orden establecido cada cierto tiempo a través de una «gran revuelta cívica» que ponga a los poderes hegemónicos a «temblar».
Citó los casos de países latinoamericanos en donde al igual que en la República Dominicana la clase política dominante ha secuestrado las instituciones y ha utilizado mecanismos fraudulentos pero con cierta legalidad para imponerse electoralmente.
«Fijate como el Chavismo en su momento de auge llegó a ganar muchísimas elecciones con la mayoría popular, pero detrás de esa victoria lo que muchos no ven es la enorme logística montada con los recursos públicos para movilizar a la gente a votar el dia de las elecciones», manifestó.
Dijo que esto pudiese parecer legal, pero no lo es debido a que son prácticas que se sustentan en el uso de los recursos públicos los cuales son al igual que en la República Dominicana «casi ilimitados».
Cristobal Pérez recordó como en Perú, Bolivia, Venezuela, Ecuador y muchisimos paises mas en latinoamerica y Europa, los pueblos se han lanzado a las calles exigiendo la renuncia de sus gobernantes los cuales en la mayoría de los casos se han visto obligados, inclusive, «ha salir huyendo de sus países». Citó el reciente caso de Evo Morales en Bolivia, el cual ha pesar de haber iniciado sus mandatos presidenciales con elevadísimos niveles de popularidad, hoy se encuentra asilado en México producto del descontento social que hasta saqueo la residencia donde vivía.
En ese sentido, Pérez consideró que en la República Dominicana se hace necesaria una «gran revuelta popular de desobediencia al orden establecido», que provoque un sacudón en las estructuras orgánicas de la nación, lo que podría provocar que las fuerzas hegemonicas sucumban y acepten «un nuevo pacto social con mayor equidad y justicia».
«Si no es por vía de la fuerza y la revuelta popular, en la República Dominicana no veremos ni en lo más mínimo los cambios estructurales que tanto hemos anhelado por años», finalizó el reputado historiador y académico de una de las principales universidades del país.
