Leonel y Danilo corrompieron cúpula de las FFAA para hacerla cómplice del saqueo a las riquezas nacionales

A partir del ascenso al poder del PLD en el 2004, con Leonel Fernández como presidente, la organización oficialista emprendió una serie de iniciativas estratégicas como el objetivo de perpetuarse en el poder.

Convencidos de la necesidad de constituirse en un gran polo de poder económico como forma de resistir cualquier embestida del sector empresarial tradicional de la República Dominicana, el ex presidente Fernández y sus más cercanos colaboradores, se constituyeron en acaudalados funcionarios públicos que pudieron administrar el presupuesto nacional a sus antojos. Basta recordar cómo con tan solo el sonado caso de la Sun Land más de US$300 millones de dólares fueron evaporados de las arcas públicas.

De esta acumulacion de un enorme capital economico, que los ha colocado como el mayor grupo económico del país, tuvieron que hacer partícipes a la cúpula de las Fuerzas Armadas, como mecanismo necesario para garantizar la adhesión y la complicidad de este poder tan fundamental para la preservación de la armonía social y la paz democrática.

Es por eso que a diferencia de otros países de la región en donde las fuerzas armadas y policiales se han subvertido al poder político al ver que estos han pretendido perpetuarse en el poder socavando los más elementales valores de la democracia, en República Dominicana no hemos visto ni asomo de una crítica mínima del aparato militar a un poder político gobernante que ha secuestrado las instituciones democráticas y ha vejado los derechos ciudadanos.

El nivel de corrupción de la cúpula militar seria a tal nivel que hasta el propio jefe de las fuerzas armadas, Paulino Sem, fue señalado por presuntos actos de corrupción por el periodista Marino Zapete que cuestionó que el militar hoy sea propietario de decenas plantas de expendio de gas y combustibles sin que pueda justificar la licitud del acrecentamiento enorme de su patrimonio personal.

Estas complicidades entre el corrupto poder político y la muy cuestionada Fuerzas Armadas, le ha garantizado al grupo gobernante mantener subyugados a quienes hoy hubiesen sido parte de la gran solución que necesita la República Dominicana para desmontar esta farsa democrática la cual por donde quiera que se perfora bota pus. Vemos como en Bolivia fueron precisamente las Fuerzas Armadas quienes se constituyeron en muro de contención a los intentos de perpetuación en el poder del renunciante ex presidente Evo Morales. Esto muy difícilmente veamos que pase en la República Dominicana en caso de que se cumplan los fatídicos pronósticos de algunos que señalan la posibilidad de una revuelta civil para el próximo año. Un año cargado de una apretada agenda electoral en un escenario nacional de mucha incertidumbre, desencanto ciudadano y falta de fe y confianza en instituciones que han sido secuestradas por el grupo de poder gobernante.

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