Todos los medios escritos tradicionales de la República Dominicana ignoraron que el pasado fin de semana se realizó el evento artístico mas importante del año en la República Dominicana.
Si se hubiese tratado de un concierto de un artista internacional los medios escritos le hubiesen concedido la primera planta tal como lo hacen históricamente.
Pero por tratarse de una manifestación artística en masas que evidencia el enorme poder de convocatoria que viene acumulando el «Dembow», los medios han preferido ignorarlo procurando con esto invisibilizar el empoderamiento de los excluidos a la hora de imponer la agenda artística de la época.
No ha bastado que la prensa, la televisión y las emisoras radiales en manos de las élites hayan por años excluido de su programación la reprodución del Dembow y la presencia de sus mas altos representantes.
Una marginación total a un ritmo que se ha catapultado en el sitial número uno en el gusto popular. Esto a pesar del discurso que tiende a marginar, excluir y escupir el rostro de aquellos que lo escuchan. Hasta se ha promovido la idea de que quienes escuchan Dembow «no tienen juicio», «son decerebrados», «son seres humanos sin sustancia en el alma».
Mas de una década de exclusión a pesar de que ha podido penetrar a ciertas esferas de la sociedad, venciendo toda resistencia mediática tendente a ocultar que la cultura popular la constituyen el conjunto de hombres que conforman una sociedad independientemente de su condición social.
Así pasó con el merengue, con la bachata y ahora lo mismo con el Denbow. Es el rechazo histórico de las élites al arte que se erige de las entrañas mismas del pueblo.
El dembow, al igual que en su momento lo hizo el merengue y la bachata, se esta convirtiendo en uno de los medios a través de los cuales una franja importante de la sociedad esta construyendo enormes fortunas económicas a niveles inimaginados.
Pero lo mas importante es que ha venido a empoderar a una juventud nacional que estuvo por años cabizbaja, desesperanzada y falta de fé en su enorme poder, que ve en el Dembow las posibilidades reales de empoderarse, por el momento para imponer la agenda artística de la época, y mas adelante imponer la agenda política necesaria para la construcción de una República Dominicana con mayores niveles de inclusión, igualdad y prosperidad social.
