Qué son las candidaturas fantasma de mujeres en Brasil y por qué son polémicas

La Policía Federal de Brasil detuvo la semana pasada a un asesor especial del actual Ministro de Turismo, Marcelo Álvaro Antônio, y a dos antiguos asesores bajo sospechas de implicación en el caso del fraude electoral que enturbió la imagen de las ya controvertidas elecciones generales brasileñas de octubre de 2018. Mateus Von Rondon Martins, Roberto Silva Soares y Haissander Souza de Paula están en prisión provisional acusados de participación en las falsas candidaturas de mujeres del Partido Social Liberal (PSL) del actual presidente Jair Bolsonaro.

Una práctica que habría violado la ley de cuotas de representatividad de género y desviado el dinero que le correspondía a estas candidatas para campañas de otros políticos hombres. Hamilton Mourão, en posición de presidente interino mientras que Bolsonaro asiste al G20 en Japón, afirmó que es «obvio» que Álvaro Antonio será sustituido si se demuestra «alguna culpabilidad».

El actual gobierno, donde solo dos mujeres dirigen algún ministerio, ha reavivado el debate sobre la escasa paridad de género en la política brasileña no solo porque se trata de una composición mayoritariamente masculina, sino porque además han sido los protagonistas del escándalo de candidaturas fantasma de mujeres, desvelado en febrero de este año por el periódico Folha de São Paulo.

Estas acusaciones ya le costaron el puesto aljefe de la campaña electoral de Bolsonaro, Gustavo Bebbiano, que acabó siendo nombrado ministro de la Secretaría General de la Presidencia. Desde entonces Álvaro Antônio también está bajo sospechas, ya que durante la campaña electoral dirigía la división regional del PSL en Minas Gerais, uno de los estados donde se concentraron las principales acusaciones de candidaturas fraudulentas y desvío de fondos electorales, que todavía están siendo investigadas.

Brasil ocupa uno de los últimos puestos en participación de las mujeres en la política. Más exactamente, este país se sitúa en el lugar 134 de un total de 193 países analizados por la organización suiza Inter-Parliamentary Union, por detrás de Libia, Uzbekistan o Corea del Norte. En América Latina, Brasil es el país peor clasificado junto con Paraguay. Mientras que la media latinoamericana alcanza el 30% de políticas y la mundial se sitúa en torno al 24%, la brasileña es de solo 15% de las puestos políticos ocupados por mujeres.

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