Santo Domingo, Rep.Dom.-A pesar de que los ejes fundamentales del Movimiento Verde son luchar contra la corrupción y la impunidad, esa corriente se ha convertido en un fenómeno de interés político utilizado a conveniencia por la oposición y como arma de descrédito por el gobierno.
La reflexión la hace la politóloga Rosario Espinal, quien entiende que los verdes tienen como su principal reto centrarse aún más la lucha que les dio origen.
A su juicio, por la naturaleza propia de esos movimientos, allí convergen diversos grupos sociales y políticos, y confluyen posiciones moderadas y radicales; y “es natural que así sea”, expresó la experta.
“Como fenómeno de interés político, la Marcha Verde es objeto de interpretaciones, según los intereses de cada quien. Para el gobierno es importante disminuir la fortaleza del movimiento que le reta a hacer justicia; de ahí los intentos de descrédito del movimiento y para la oposición partidaria es importante maximizar el movimiento, porque ahí hay un potencial de fuerza política y electoral”, aseguró.
Ante esa realidad, Espinal entiende que se desenvuelve el Movimiento Verde, tanto para el gobierno, como para la oposición partidaria.
Su reto, recalcó, será mantenerse centrado en su lucha hasta lograr que en la República Dominicana se rompa “la cadena ancestral de corrupción e impunidad”.
El Movimiento Verde contra la Corrupción y la Impunidad lo integran diferentes representantes de la sociedad civil, quienes, a través de marchas y concentraciones reclaman de las autoridades someter a la justicia a los funcionarios corruptos. Surgió a raíz del destape del escándalo de corrupción de la constructora Odebrecht, empresa brasileña que para ser favorecida con obras en el país pagó US$92 millones en sobornos a políticos y funcionarios.
